Carta a mi ex vecino

Aprovechar cada una de las tardes y hacer de cuenta que cuando uno sale de la jornada laboral el día recién comienza. Pilas para entrenar, para no abandonar los bosques palermitanos hasta la primavera (aunque más no fuese con una insignificante caminatita), para cinear, para ver amigos, para tomarse un tren y cenar frente al río, para espacio metafísico (siempre viene bien) ufff mil ...

Hubo período insomne en mi vida, y si algo debo rescatar de aquellos malditos tiempos era la cantidad de horas que para mí tenía el día. Eso de no dejar hueco libre para evitar el vacío, en un punto fue redituable. Cabe aclarar que andaba por la vida hecha garcha y que jamás de los jamases querría repetir la experiencia; pero sí rescato -como cuando intentamos ver la mitad del vaso lleno- el hecho de que para mí el día tenía mayor longitud y que tal vez hacía en una semana lo que en cualquier otro momento me hubiera implicado seis meses.

Conté con la ayuda de los que menos me esperaba y se alejaron los que tal vez jamás hubiesen sido sometidos a la "prueba de la blancura"; conocía gente todos y cada uno de los días (tal vez porque no iba por la vida corriendo sino mirando, y no intentando llegar a ningún sitio en particular)

Organizaba desde los almuerzos hasta las cenas, no existía lapso para ninguna gloriosa siesta, so, de la office capaz partía a casa amiga y de ahí al infaltable plan diario que incluía desde conciertos de todo tipo, o la rotatium de montones de restorancitos regeneradores de energía (aunque hambre precisamente fuese lo que menos tenía) sin olvidarme de las noches que "me obligaste a pasar fuera de casa".

Lo curioso es que siempre aparecía la compañía justa, porque el hecho de que uno quisiese llenar cada minuto y cada segundo de cada hora no implicaba que los otros estuviesen en la misma , y sí, gratamente sí.

Ahora muy por el contrario, el resultado es que planifico y lo más probable es que claudique en el intento, o porque el día y la luz no alcanzan (problema invernal, si los hay) y/o no me creo con el suficiente “punch” para abandonar el antro laboral casi de noche llegar a casa de noche y creerme que cuento con la misma cantidad de horas que en el verano, no NO es cosa simple -y pensar que solo bastaría con creérselo.

Esto es para vos que no me diste paz during los nueve peores meses de mi vida, que me hiciste vivir a tu compás y al ritmo de tu maldita vida pared de ladrillo hueco de por medio, que me hiciste partícipe de tus siete fiestas semanales, y degustar mayor cantidad de pastillistas de colores que las que espero ni necesitar for the rest of my life.

Y sí, si un día te lo dije, "más beneficioso hubiera resultado un Charly o un Maradona, creeme", y sin embargo como el tiempo todo lo cura, también mi odio por vos "curóse" y hoy creo que todo fue por algo, que jamás me hubiese atrevido ni a moverme de mi antiguo habitáculo si vos no me lo hubieses devenido ese caos, ni hubiera conocido cuanto resto uno tiene y ni se percata.

Sí, "ponele que te agradezco" aunque durante casi one year me hayas hecho vivir al límite, al borde de la versión femenina del maquinista, porque como antes decía, cuánta posibilidad de "tamizar" la propia vida uno encuentra...