20 de marzo de 2013

Nudos

Sacarte de adentro mío. Hay escollos. Parece un peñasco.
Somos uno. Y sin embargo, la duplicidad, la ambivalencia. La piedra que pesa, la añoranza que irrumpe. Lo elige; sí lo elige. Blanco, negro, pasado, futuro. Que sea como antes. Como antes de ahora que el todo era nada y se sostenía.
Te revelé, te regalé, lo mejor de mí.
Estoy aprendiendo, pienso.
No, así no. Es tuyo. Acaso alguien te cuenta a vos...
Si era verdad ¿Estuvo mal en decirlo? ¿Si pensó que ayudaba?
Porque no pasaba que me contaras y yo te contara, y que fuese entre dos, y y que jurásemos los para siempre.
Como el verde, y el rojo. Como el instante y la eternidad. Como el frío y el calor; la soledad y la compañía, aunque no dejemos de ser uno...
La consecuencia del secreto, de la confidencia mal guardada.
¿Dónde estás hoy? ¿Qué estarás haciendo en este instante en que te pienso y te traigo? ¿Tan rotundo fue mi no que decidiste tomarlo en cuenta? Yo hubiera peleado, la hubiese peleado.
Porque no pasa muchas veces que dos almas sean pares. Las gemas en extinción; la ola que agita, la roca que no se desintegra. El nudo que no se desata.

13 de marzo de 2013

Tus manos




Hoy te pido tus manos, como si nunca las hubiésemos entrelazado. Te pido que me acompañes como si nunca hubiéramos sido uno. Como si estas puertas nunca hubiesen estado abiertas para vos. Para la comunión de cuerpos enlazados en un gemido par, impetuoso, silencioso; único. Porque nunca será el mismo; porque nunca fuimos los mismos. El lazo sin raíz. El umbral y el corazón abierto. Que galopa fuerte cuando se trata de vos. Aunque no lo creas... Aunque te cueste creerlo. Te pido que abras tu corazón y lo estreches junto al mío, que tu espalda sostenga mi abrazo; mis manos, sujetándote bien fuerte.
Quiero que recorras con ella mi ser entero. Porque son muchos los días y las horas y cada segundo sin ellas. Quiero mirar una a una esas huellas que han hecho tanto. Que han sufrido y brindado. Y porque han sufrido han negado. Que han pedido y se han detenido también de hacerlo. Que han escrito tantas letras. Que han callado tantas otras.
Tus manos que no recibieron. Las que dieron. 
Son tus manos la guarida cuando el sopor anida fuerte.

                                                                          Nos encontramos en lo de Dorotea

6 de marzo de 2013

Los jueves, relato: El viento



El viento te trae, te arremete sobre mí y no me niego. Te espero, te digo sí, con ansias, con el desenfreno contenido de la última vez. Donde no fue porque no podía ser.
Te espero con la premura de verte y el escalofrío  porque sí, porque da temor el encuentro. Los decires que serán cobardes y mudos;  las brisas. Porque el pacto es ese. Para siempre. Para toda la vida, pero así. Insensato.
Y no por ello no recuerdo aquella primera vez donde tus manos rozaron y se hundieron en mi cuerpo tan falto de caricias. Creo que por eso te atreviste. No pude decir no. No quise. Nunca supe si fue solidaridad para con quien tanto sufría. 
Y será distinto. Mi cuerpo espera el tuyo, sabiendo que nunca fue tan bien amado. Tus labios me recorrerán intacta de otros besos. Habrá sudores, pudores, silencios. Aliada la piel...
Ya sabemos como es. Ya sabemos que tu no es rotundo. Que no hay par. Que no querés que lo haya. Son varios los años ya. Yo no pierdo las cuentas. Vos tampoco, lo supe inmediatamente con la fecha esgrimida del último adiós  Y estábamos intactos. Y te rocé varias veces como al descuido , como quien no olvida que antes habíamos sido uno, aunque lo niegues, aunque te acobarde.

Más vientos por aquí 

 
design by suckmylolly.com.