A Luján y a conocer a María Gracia, me atreví a ir
mucho tiempo después, cuando partió Claudio. Nunca entendí por qué justamente a
la mañana siguiente, cuándo Carmen me presionó a hacer algo de mi vida y parar
de llorar, mi respuesta fue "Quiero ir a la casa de mi hermano".
Había perdido mis dos
grandes referentes, mis pilares.
Volví al cementerio de Luján, sola, y le dejé esta
carta sobre la placa que dice "Jorge Claudio Relián 8-1-66 /
14-4-2008".
Fue uno de los pocos
consejos de Nicolás: "Enterrá a tus muertos".
Brothercito,
Hace solo diez días que
logré volver a Luján. Volver a tu casa. A tu casa sin vos. A tu quincho sin
terminar. A tu pileta abandonada. A ese parque que soñabas ver lleno de hijos.
Me recibió tu mamá con
todo el amor del mundo
Hermanito, brotercito, no
solo te perdí a vos. Hoy tampoco está Claudio.
Se fue como vos decías
"en su ley y como un gaucho". Ni en última instancia aceptó operarse.
A los cinco días nos reencontraríamos en su Patagonia tan amada.
Como si todo fuese poco,
revisé tu agenda (esa donde el día "D" figuraba y nada indicaba).
Recorrí tu estudio, palpé
tus discos, me volví con tu reloj, con más fotos. Las fotos de todas tus
edades, esas donde no te conocí, ya me las habías dado. "No harías a
tiempo de escanearlas", me dijiste. Ni a copiarme los discos que querías
que me llevara.
Volví a Luján, Jorgito, a
tu casa y hasta donde debí haber estado aquel quince de abril, veintidós meses
después.
Ahí donde hubo tantos que
eran tan poco, o tantos otros que fueron mucho y todos lo ignoraban.
O bien yo, que ese día ni
siquiera sabía que ya no estabas, y mientras tanto comía una pizza en "El
cuartito". Cuando entré al tradicional lugar, tenía dos hermanos. Uno
mayor, cinco años mayor, y uno menor. Ambos con el mismo nombre.
Por eso tal vez él
siempre fue Jota, y vos brothercito.
Al salir de ahí, 14:45 de
aquel lunes catorce de abril, tenía uno solo. Habías partido para siempre.
Hoy encontré un blog de
nuestro padre. Lo creó una fan.
No solo menciona datos
erróneos, sino que pareciera una suerte de testigo omnisciente de todo y afirma
con vehemencia o mucha ignorancia.
Por ejemplo no te
menciona a vos. Mirá que idónea resultó la detective.
Ni a la muerte de nuestra
abuela Rosa en aquel fatídico accidente, antes de que naciéramos.
Tampoco habla de tu mamá
y sí de la "azafata" que le dio dos hijos, que le prohibía ver...
¿Qué hubieras hecho en mi
lugar? Yo la contacté. Ha sabido disculparse.
Parece que no bastó que
ninguno de sus tres hijos estuviese en su entierro, y ese que se hacía pasar
por tal, sí.
Ni que la
"Asociación de Actores" que presidió durante dos períodos, no avisase
del tema "mausoleo" y su cuerpo culminase en fosa común, sin nuestro
consentimiento.
A vos te acompañan tus
dos papás. El que hizo de, y él, simbólicamente hablando...
Porque se me ocurrió este
modo de ritual brothercito "yo sé el corazón que lleva el que con gusto te
escucha", que lleva inscripto su mate de plata y alpaca.
Aunque no estés ahí. Eso
nadie lo puede saber...
Los mapuches calculan
seis meses para que las almas se desprendan del cuerpo...
Tal vez esta sea la
antesala, el ensayo. Desde aquí y vaya a saberse hacia dónde y hasta cuándo.
¿De aquí a la eternidad?
¿Hasta que nos unamos
todos en el reconocimiento de las almas?
El secreto estaba tan
bien guardado que no nos hubiéramos llegado a conocer jamás, y bendigo esos
ocho años de tu ser cerca del mío. De tu palabra y compañía clara, justa y
precisa.
Te amaré por siempre
Tu sistercita