Llegué a San Carlos de Bariloche el sábado doce de junio en un vuelo de Aerolíneas, mientras Argentina le ganaba a Nigeria, con ese uno a cero.
Partí hacia "su Bariloche", mientras Heisen nos regalaba el primer gol del mundial, a minutos de iniciado el primer tiempo. Ya ahí entablé amistosa conversación en contra de la susodicha compañía aérea con un matrimonio oriundo de "la universidad de la alegría y el canto, Córdoba te quiero tanto..." que embarcaban para Esquel.
Le escribí a Viviana, "gol y yo embarcando...", "Alpiste, nosotros acá casi sin garganta entre mate y mate...".Aterrizaré 14:40, hermanito.
Allá me esperan Viviana y Juampi.
Mañana 13 de junio, sería tu cumpleaños, Claudio. Cincuenta y un años...
Te fuiste a los cincuenta como tu papá y tu hermano mayor, Guillermo. Los tres médicos, los tres genios, los tres con tres especialidades, con más de un hijo y con tres matrimonios...
Alejandro se salvó, no sólo se llevó a tu mamá, a Guillermina, a su Italia natal, sino que no es médico, tiene tres hijos, y sigue desde siempre casado con Daniela.
Me sostuvo por teléfono durante dos meses. Le signifiqué cinco horas de charla y terapia diarias.
Hace más de un mes que no sé nada de él, seguramente no quería esto. Ni quería Montevideo: los amores y las sombras, que con Luciana, Viviana, Juampi, Fiorella, Alvaro, Federico, Cass, Pedro, y los padrinos vivimos desde el 21 de mayo hasta el 27.
Extendí mi estadía para compartir con ellos el cuarto 27.
El cuarto 27 desde que te fuiste, Clodito.
Voy a ver tu nombre en una placa, voy a intentar enterrarte, dejarte partir, soltarte. Porque ese es el lema de tu Juampi, que no sólo es un sol, sino que heredó todo lo más hermoso de vos. Le llevo la remera diez de Messi, un señalador de libros -lee Ruiz Zafón- y ya debe haber terminado "El príncipe de las tinieblas" que compramos juntos en "Puro Verso" de Montevideo. Así que ahora le regalaré "Marina", mi remera 10 del mundial anterior, el del 2006, y un mate del principito. El librito ya se lo regalé cuando conoció la casita lavanda, la cabañita palermitana.
Le dí todas tus fotos, esas donde estabas solo o con Sebastián. Las tuyas conmigo me las guardé. Las mías con Sebastián también, y una que me sacaste con él, en una casita de chocolate del Turista, cuando tenía tres añitos, en aquel verano del 2004.
Cuando los tres juntos construíamos la chozita del km. 23 con cañas, con maderitas recolectadas, donde vos cuidabas tanto tus rosas y petuñas...
Hoy Viviana está construyéndose su primera casa propia. El terreno es taurino, así que no dudo que pronto todo se materializará.
Juampi ya tiene los cartelitos "Juan" y "Pablo" para la puerta de su futuro cuarto, y a Viviana le llevo un libro de Feng Shui.
El catorce, mi número, viajo para Sanmartincito, a que Rober -"mi historia pendiente, según vos"-, me apruebe la publicación del hechizo.
El hechizo, Clodito, era Sanmartincito, y no él...
¿Lo llegaste a comprender? Creo que me pediste perdón por tanta elucubración, por tantos celos infundados, la primera vez que mi lugar en el mundo lo compartimos juntos, cuando la meta era tu sanación, aquel marzo del 2007.
Y desgraciadamente, no sé si lo fue. Hoy ya no estás. No sé si por la mala praxis de tanto hijo de puta colega tuyo suelto y el maldito piportil, o por tu tosudez. Lo que te impidió aceptar "que te abrieran como un pollo y te destapasen esas tres arterias", y pudieses, así, ver crecer a Juampi y llegar con él hasta el Filo de los cristales. Y si era cierto, que después de tanto círculo, nos uniésemos definitivamente, pero en espiral...
No pudo ser. Tres días de distancia nos separaban. Setenta y dos horas que lo impidieron.
No te equivocaste, para fines del verano, el laberinto cesaría. El valdoxan no produciría abstinencia "porque lo que no sirve para una mierda, no produce abstinencia, igual que la estúpida lyrica, ¡con ese nombre! ¿cómo podés creer que te ayudará en algo?, ¡y el midax! con la olanzapina con la que te llevaron a la cima, después también te enterraron en el Pozo de Onetti..."Sí tardaría, efectivamente, tres meses en eliminarla, como aseguraste vos. Si eras el mejor...
Hoy llevo al Hospital "Ramón Carrillo" lo que quedó para donarlo.
Son las 12:20 y despego. Nací 0:20 ¿la smetto con la numerología? ¡Ah! y me voy en el asiento 14E. Viajé ida y vuelta a Montevideo en el 14A, mientras Viviana y Juampi, hacían tu ejercicio de la esfera, entre el índice y el pulgar, en la fila 18, mirando el mundo a través de un circulito. Me lo enseñaste cuando fuiste mi médico en el 91. Es la primera vez que viajo sola en dos años. Desde aquel 5 de Mayo que fue -lo ignorábamos- la última vez que nos veríamos. Hice un Montevideo junto a un tocayo tuyo, mi amigo Ciru. Un MDQ a la casa de Fernando, y el 9 de junio del 2008, se desató el caos. Jota me internó, ayudado por esa bruja -tal cual la clasificaste vos-, Laura, la novia de Jota, la psicoanalista de bolsillo...
Eso más la ayuda de un incapaz colega tuyo de Medicus, que era más coronel que doctor en psiquiatría, y se llamaba Pablo, amanecí en la Clínica Las Heras, la que convertí rápidamente en "la casa de gran hermano". Yo era la única que no había intentado suicidarse.
A él, al coronel, y a una tal Di Iulis, los esperarará una linda demanda, cuando termine lo que ya inicié por mi papá y el expediente "Fallecidos para la cremación que carecen de familiares", donde no sólo el nombre con el que figuraba era más que erróneo, casi una burla "Jorge Pedro Codicinio Di Paola", sino que no figurábamos nosotros, ninguno de sus tres hijos. Ninguno de los Jorges, ni Jorge Hernán, ni Jorge Claudio, ni yo, su legal primogénita.
Papá, tampoco estaban los nombres de tus tres ex esposas. A Julia Sandoval, la consideraban muerta; a María Graciana, la mamá de Jorgito -el que más se parecía a vos, papá-, no la registraban, ni tampoco a mi mamá. Ni a tu propia Kodama, la enfermera Oteiza, la que heredó tus bienes, para morir al año, para que que hoy todo lo tuyo esté en manos de su hermano, con un par de duplex en Cavia y Avda. del Libertador.
Habías dejado tus ahorros en un placard ¿Al final te creíste el rol de José Moreira, el de "Apenas un delincuente", que argumentaba tener su plata escondida en el reloj de la torre de los ingleses?
La nona me contó, que siempre decías que tendrías el mismo fin que en la película "Mi noche triste", la de la vida de Pascual Contursi. Lejos de tus hijos y solo. ¿Lo pronosticaste, o lo planificaste?
Julia Sandoval es un encanto. Hablé hace tres noches con ella. Tiene una hija que se llama Fabiana y ya le dio dos nietos (uno de 19 y una de 15) y en pocos días se van todos a pasear a Miami. Después de casarse con vos en mayo del 52, en la iglesia que está enfrente del Hospital Rawson, no sólo me contó que luego se casó con otro acuariano que es el papá de su única hija y aún vive, sino que ustedes se amaron mucho y que la que no les daba paz, era Nelly Meden, que ya no está. Te amó hasta el último día, y no te superó ni aún radicándose en México. La conocí hace muchos años en la fiesta de casamiento de un escritor de cine nacional. Figurás, y colaboré con sus tres libros: el de los actores del cine nacional, el de las actrices, y el de los policiales "De la fuga a la fuga" .
Roberto me sugirió no le dijese que era tu hija, "porque ya no andaba bien..."
No sé como lo evité, sí hasta compartimos la misma mesa.
Julia recuerda tu pasión por las masas finas, por el té con leche. Me contó, me reconfirmó, que el accidente donde murió la abuela Rosa, tu mamá, la que no llegué a conocer, fue en Vicente Lopez, a una cuadra de donde ella vivía con el padre de su hija, y que te chocó tu entonces productor televisivo. Que nunca lo superaste, que eso te hundió en tu eterna depresión...
Que querías ser papá. ¿Por qué entonces le mentiste a María Graciana? ¿Por qué te costó tanto creer que Jorgito era tuyo? ¡Era más tuyo que yo papá!, era tu doble. Tu doble en todo, en lo de la locura acuariana, el acoso de todo el género femenino, tu carisma, tus ideales, un porte que rajaba la tierra, y tu cara. Tu misma cara, papá.
Eligió irse , cuando se cumplieron veinte años de tu muerte.
Desde ese entonces, desde ese abril, intento rearmarme. Al duelo de él -mi sol, mi otra mitad, mi mejor amigo, mi alma par, el ser más maravilloso que conocí-, papá. Como te decía, al duelo de él se sumó el de Claudio, que fue mi marido catorce años. Me dejaron sola.
Con Jorgito, durante veintinueve años, llevamos una vida paralela, un espejo, un laberinto.
El no se entendió nunca con su hermana menor, casi como yo, que jamás pude entenderme con Jota.
Graciana le negó su verdadera identidad hasta los veinte años, y eso le impidió buscarte. Se lo contó sin anestesia mientras él en su cuarto, miraba una película tuya. Primero se shockeó, después entendió todo, y consideró que Jorgito había estado a la misma distancia de Salcedo, que Salcedo de Jorgito...
Sin embargo cuando ya era tarde, cuando vio tu entierro por televisión, se arrepintió...
Se preguntaba si tal vez había sido hijo de un durazno, qué por qué lo criaron sus abuelos, si a su hermana Fabiana la criaban su mamá y su supuesto papá, Luis Rellán...
No sabés todo lo que hizo por él. Se lo llevó un cáncer terminal, el 4 de diciembre del 2006. Lo acompañó hasta el último día.
Decía que había heredado varias cosas de vos, y que te estaba agradecido. Por ejemplo su éxito con las mujeres, aunque entre siete novias no hiciese una, y soñase con ver su parque lleno de perros y de chicos. Tenía dos, Ciro y...
Un quincho a medio terminar, y una pileta sin estrenar. Lo extraño tanto, papá...
Cada veinte días me llego hasta el cementerio Parque de Luján, miro su placa que dice:
Jorge Claudio Rellan, 8-01-1966 / 14-04-2008, y aún no me lo creo, y ya pasaron 18960 horas sin vos, brothercito.
Las contabilisé el lunes 14 mientras hacía la ruta de los siete lagos y se cumplían veintiséis meses sin vos.
Le llevo sus discos, sus fotos, las que me regaló la última vez que nos vimos...
Después me pidió un tiempo, "necesitaba replantearse su vida, quienes lo rodeaban, y no cargarme con su vaivenes". "Amotinarse" le llamaba...
Y lo respeté, lo acepté, lo esperé. Era todo lo que se podía pedir de un hermano y más, mucho más.
Según tu hermano Antonio, mi tío, que nos presentó en diciembre del 99, un año antes de partir; vos y él tomaban mate todas las noches, escuchaban unos tangos y estabas muy contento de que por fin estuviésemos juntos.
Papá, Jorgito vivía a pasos de la Basílica de Luján, ¿ni la virgen lo protegió, ni el cura con el que iba siempre a hablar, ni vos, ni Antonio, ni su otro papá, el que le dio el apellido que hoy figura en la placa? ¿Hay un más allá, nos encontraremos todos, despojados del uniforme de la vida, para por fin alcanzar la cima inmortal, como dice María Graciana en uno de sus poemas?
¿Lo habrá recibido un coro de ángeles al disc jockey Jorge Claudio Rellan?
Adoraba toda la música. Sus gustos iban de Chopin a Sergio Denis, de Shakira a Sabina, y según decía Cacho Castaña era un grande; un profe de la vida. Los discos quería que me los quedara yo. Hoy no sé donde fueron a parar. A Graciana empezó a no hacerle bien verme. Ella sabrá...
No hago más que devolverle lo que Jorgito nunca tuvo, su verdadera identidad.
Llegué el 14 a mi Sanmartincito, y empieza a nevar, decidí que vuelvo y me vuelvo.
Estamos con Rober leyendo el Hechizo completo y hasta ahora me lo aprueba para su publicación...
Puse mi casita palermitana en venta porque siento que llegó la hora de quedarse y chau jungla. Acá duermo siestas, disfruto del día entero, trabajo en lo que me gusta. La astrología, las letras, el turismo, el tano y el francés parecieran ser oro en polvo.
Deseenme mucha suerte para los pasos a seguir en Buenos Aires a partir del 21, que son muchos, donde además se cumplirían, o se cumplen, tres meses con vos...
Creeme que lo que más querría es una señal tuya, pero ni eso tengo, espero que este lugar me ayude a olvidarT...
El camino cuesta abajo es más simple, pero no te lleva a la cima