Lugares y momentos justos

¿Cuántas veces experimentamos esa de "estar en el lugar preciso en el momento justo", y cuántas la de "no te pongas para la foto que igual no vas a salir?"

Hoy pensaba en eso, pensaba en cuántas situaciones cambian el rumbo de nuestras vidas y en tantas otras absolutamente iguales, que pasan sin pena ni gloria, y sin dejar casi ni recuerdo ni rastro en nuestro haber.

La pregunta podría ser otra también, días merecidamente recordables, días iguales (miedo) días automáticamente salidos en serie, ponele...

Y como no existe llave maestra ni nada que genere a los que rankean entre los memorables (salvo uno que otro libro de autoayuda) me pregunto, es cuestión de puro orto, es cuestión de previsualización mental positiva, es tal vez cuestión astral, porque yo del asunto entiendo y mucho y si hay que esperar doce años para que Júpiter nos toque con sus excesos de buena fortuna, estamos en el horno...

Hay días que merecen ser recordados por cosas super simples, porque conocimos a alguien, porque decidimos algo, porque dimos vuelta la esquina y estaba ahí, por un simple click, un antes y un después de, o porque sí.

Esos que de "en serio" sentimos que esta vez la sortija nos había tocado a nosotros, pero con esa "pre" certeza que asegura desde lo más profundo que será así, cuando aún ni siquiera el otro implicado lo sabe (si es que lo hay).

A mi automáticamente me vienen estos:

1- Subí a casa de un vecino, presté atención a la foto de un porta retratos y cuando al segundo siguiente me enteré que si bien en la foto el personaje estaba acompañado por hijita, el divorcio ya había ocurrido, y se trataba del hijo del vecino en cuestión, cerré la escena con un "acordate que este chico es mío" (bastaron solo cuatro días para que eso fuese una realidad)

2-Conocía a C desde los dieciocho años, poco registro de su parte, bastante de la mía. Después de mucho tiempo, y por asuntos que no vienen al caso estaba en su casa cuando en medio de trivial conversación comenta que su ex mujer estaba por ser mamá (nada mejor que una ex mujer ya ocupada). Fue lo mejor que le escuché decir en mucho tiempo, y desde ese momento supe que estaríamos juntos (que esa vuelta las cartas eran todas mías)

3-Estaba sin laburo y retirada a lo "spa" en quinta alquilada por my ex mother husband . Dieta de sol, calabazas, licuados y gym, ¿que más?. Al margen de que mi sentido de inutilidad se acrecentaba día a día y sentía que en poco tiempo el letargo sería irreversible, amiga avisa que anuncio del diario solicitaba personaje sintonizando con mi perfil. Al otro día abandono la great life por un ratito, me vengo a capital a fichar el lugar (pasaba la prueba de la blancura), Palermo Chico, entidad de gobierno extranjera, veo que la altura se dividía en dos (mi edad y el año en cuestión), me percato que el color de las paredes -externas- de la casa coincidían con el del tailleur acabado de comprar. Vuelvo a casa me calzo el mismo y un mes más tarde (o sea que ni siquiera fue necesario interrumpir el veranito de beauty life) el job fue mío.

4-Un día me preguntaron: si tuvieras que elegir dos cajones de una cajonera de cuatro, si tuvieras que optar entre el lado derecho o izquierdo del placard. Supe inmediatamente que se venía de propuesta matrimonial; era una fija...

5-Un día de lo más diáfano que pueda recordar, con la temperatura justa, flotando en el mar, dejándome llevar por las olas, llenándome los ojos de cielo; una cabañita lista, una dimensión diferente, otro aire, otro espacio y la absoluta certeza de que eso sí era la felicidad.