Mañana de sol. Tarde gris. Domingo veintisiete. Los veintisiete pasan cosas...
Y te convertiste en sólo una voz a metros; cuando nos distanció la distancia y se lavó el recuerdo, de la que era cuando aún no. Cuando eras presencia y sueño, y los adoquines, testigos únicos del amor incipiente, herido a duelo, sin más mañana que el grito de auxilio del segundo sucesivo.
Ventanas y puertas de otras casas, de otros mundos, que no serían nuestros.
Teatros de escenas inciertas.
Te deseé infinito. Se estremeció el pecho, la garganta y eras el motivo de mi duelo.
- Un mes y un día.
- Veintún meses y veintiún días, un día veintiuno.
Te quiero sin querer, mas no quiero. Ya no quiero. Ya no creo. No sueño más mañanas, y el abismo arropa.
Se humeden los ojos, que hoy eligen llorar tu descuido. Tu molestia y destemplanza.
Una habitación del Puerto húmeda y gris. Gris de junio.
Detonaba el deseo. Erosionados. La promesa y ficción de un hasta luego.
Mil mañanas que ya no serían, y éstas manos que hoy escriben, en el ayer te tuvieron.
Sangré de dolor. Me despojé como un otoño en pleno invierno. Te quise pronto y mío.
Ni justo ni necesario, amarte.
Y te convertiste en sólo una voz a metros; cuando nos distanció la distancia y se lavó el recuerdo, de la que era cuando aún no. Cuando eras presencia y sueño, y los adoquines, testigos únicos del amor incipiente, herido a duelo, sin más mañana que el grito de auxilio del segundo sucesivo.
Ventanas y puertas de otras casas, de otros mundos, que no serían nuestros.
Teatros de escenas inciertas.
Te deseé infinito. Se estremeció el pecho, la garganta y eras el motivo de mi duelo.
- Un mes y un día.
- Veintún meses y veintiún días, un día veintiuno.
Te quiero sin querer, mas no quiero. Ya no quiero. Ya no creo. No sueño más mañanas, y el abismo arropa.
Se humeden los ojos, que hoy eligen llorar tu descuido. Tu molestia y destemplanza.
Una habitación del Puerto húmeda y gris. Gris de junio.
Detonaba el deseo. Erosionados. La promesa y ficción de un hasta luego.
Mil mañanas que ya no serían, y éstas manos que hoy escriben, en el ayer te tuvieron.
Sangré de dolor. Me despojé como un otoño en pleno invierno. Te quise pronto y mío.
Ni justo ni necesario, amarte.
11 comentarios:
No quieres querer?
Ya.
Es difícil conseguirlo.
Besos.
¡ En qué desoladas soledades nos quedamos cuando nos alejan!
Hermoso-
El dolor hace que no queramos volver a pasar por lo mismo, no queremos querer, no queremos entregarnos de nuevo, pero el tiempo es el que lo cura todo y el corazón siempre necesita estar repleto..
Besos y susurros dulces
secuencias sembradas de poesía, de palabras exactas,de imágenes perfectas.
besos*
sucesión de sentires.
Imágen cargada en la retina y caricias guardadas en la piel y sacadas al sol cada veintisiete.
es así.
besos Rouch.
ya no guardo de aquel ninguna imagen de entonces, solo el abismo, y una sombra amada, besos
Como si el amor ¿la vida? hubiera sucedido un día en concreto.
Te saludo
Sí, el amor, la vida, suceden un día en concreto, un momento en concreto, un minuto en concreto. No hay nada más.
Eternizar eso. Quién pudiera.
Sólo el recuerdo que desforma puede.
[Por cierto, mi gelatina...]
se la echa de menos... espero que los recuerdos no traigan demasiada lluvia
...y un beso
:)
Profundo. Me gusta.
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