Historia de un hechizo (chapter nine)

Resignada entonces Rochies al abandono de la "San Carlos" ciudad, decide aprovechar la recién entonces iniciada travesía patagónica de su amiga Antu.

A Rochies le surge imperiosa necesidad de responder a los por qué -y al no poder pisar SMA para aclarar la mente- mérito que Rochies adjudica a las zonas de Quila Quina; acepta sumarse a la travesía, previo pedido de autorización en el hospital...

Rochies se conforma con a Villa Traful llegar -lo más parecido al paraisito- si lo hay...

At the hospital hubo una elocuente primer señal (de que algo no estaba mal, o no tan mal, o sí muy mal) pero lo único claro hasta el momento, es que sí se trataba de una señal.

Mientras Rochies escribe cartita para dejar en el auto de su husband C (inubicable at the moment), Antus investiga la guardia del hospital (salita repleta de vurilochenses, blanca de azulejitos, con olor impregnante a lavandina, puertita blanca, con ojito de buey, y la carita de C mirando fijamente a Antus).

Antu entra en panic atak, dado que previo a que la escena aconteciese en la realidad, ésto Antu lo había SOÑADO ya!

Antu, Rochies and Isa (spanish friend) inician la ruta de los 7 lagos, con permiso otorgado, viendo Rochies como los carteles que señalan el camino a su paraíso se van alejando a medida que el tiempo, indica regresar.

En Villa La Angostura, al unísono gritan, Catriel! (y era Catriel nomás!) con cabellera al viento, montado a su caballo cual general.

Catriel (R, Pedro de las Praderas) se pierde por el cerro, mientras our car elige por la ruta continuar (otra new señal) extrañamente R, fuera de su SMA, casi natal...

Revival Total.

R, para la fecha, era todo un travel guide; y más.

News de las que Rochies había sido participada ya, por el mismo R, antes de que ella entregase a C su soltería y libertad...

Al último trip -al del avioncito- sólo se habían sumado los extensísimos llamados nocturnos que Rochies ejecutaba desde su entonces place laboral. Antro que funcionaba hasta las dieciocho pero del que Rochies sólo cerca de las veintidós lograba escapar (cuando las autoridades ejecutan el traslado de Rochies a la coordinación externa -contra su voluntad- debieron respetar of course el mismo horario laboral). Horas en las que Rochies no hizo más que poner a prueba su creatividad.

Largas conferencias telefónicas a Sanmartincito que mágicamente unieron a R y a Rochies mucho más. Cuando digo "mucho más", me refiero al lazo indestructible que ya había nacido desde el momento no sólo del salvataje, del avistaje y cuanta exótica actividad.

Esas conversaciones, tal vez por nocturnas, fueron señal elocuente de un lazo más ...

Calculo yo que cuando el día casi se detiene permite lo sensorial...

Creo que fue así, sí fue "ahí"...

Después de ese cortísimo escape, es que Roch toma conciencia de su necesidad de libertad, fue como un darse cuenta que el mundo había seguido andando más allá del caos de su propia life.

Rochies decidió, pero C tampoco postergó. El afán único de Rochies consistió en que el place que hasta la hora había estado patentado por la presencia de C (médico se es en cualquier lugar, pero no así licenciada en turismo, y el casi me lo había hecho olvidar); el plan a ejecutar era que R encontrase para Rochies patagónico antro laboral.

Antu sale, después de varios días en Bariloche, con comprimido de alplax 0.50 en su equipaje. La localización (esa era tal vez la señal : localizar) de R la tensionaba (ni hablar de cuanto más el cruce del puentecito sobre el Pocahullo) sin embargo juró no haberlo llegado a usar; ella sabrá ...

R tal vez entusiasmado con Rochies’ divorce (desayunóse de casamiento y divorce on the same time) prometió, promete más allá de que imprevistas situaciones hiciesen que las concreciones no arribasen jamás...

Inminente regreso de Rochies a B.A. para transcurrir desde ese entonces los peores meses de su existencia en su mother’s house.

Su única misiva era "cabaña en Palermo", sueño que por las vueltas de la vida se ve realizado casi a la brevedad.

Si bien los caminos parecían indicar que su place era ese, al que ya había llegado, no era ni el que ella había soñado, ni esperado jamás...

Cuando la no conexión con Pedro de las praderas era ya abismal (abismal = years), casi por casualidad decide nada menos que en su Sanmartincito emplear, el cortísimo período vacacional.

Antu y Rochies emprenden nueva travesía a sus patentadas tierras patagónicas, cuando solo hacía días de la inauguración de The Rochies’ house, de la que Rochies parte sin siquiera haber llegado a amueblar...