- Estás allá, sí.
-¿Por qué lo decís?
- Porque siento que estás en Montevideo. Y yo, yo estoy lejos en el campo. Dejé mi alma allá, y no soporto más esta soledad en Buenos Aires.
-¿Pero, y tu apreciación sobre lo mío? si ni me conoces...
- No, ni te conozco. No sé nada de vos, pero siento que querés estar en otro lado.
- Mirá, igual, si me venís leyendo, sabés bastante. ¿Pero por qué Montevideo?
Podemos guardar este diálogo y lo llevamos mañana al taller...
- Dale, armá un poema del tipo triste y la mina muy copada de Buenos Aires que se quiere ir y no sabe dónde, llena de dolor, de viejas cicatrices...
- Explayate en el dolor.
- No hoy por favor, no estoy bien.
- Separalo, creemos algo "literario".
- Hago espejo.
- Separalo
-"Ella no tiene quien la abrace, está sola y rodeada de sus libros"
- La salvación de él está allá, en el campo, cerca de sus hijos. La de ella no sé donde. Pero Buenos Aires ...
- Adentro de ella
- Mirá, adentro es más patagónica que porteña y ama desde siempre a ese "paisito anaranjado", y ni hablar de la raíz tana. Pero acá, sin raíces. Se trata de una especie de "salvavidas de plomo": seguridad, no cambio, no riesgo. Letargo.
- Armen algo con esto. Directamente, sí."El mar que une, el mar que nos une". Sí, vos estás allá.
Qué efímero todo. He estado pensando en la cantidad de personas que pasan por la vida virtualmente ahora. Y luego, tal vez se pierde todo. Se queda en la nada absoluta.
- Es que hablamos más profundo, dejamos el alma al descubierto...
- Por eso, es muy intenso. Y hay una vida detrás de esas pantallas, que seducen, inspiran, divierten, hasta excitan ...
- Ella me dice hoy, que estaba en el supermercado, vió las galletitas "mulino bianco" y pensó en mí, y hasta en volver y sacar una foto para enviármela. Tengo varios post refiriéndome al prototipo "mulino bianco", en aquella época no nos leíamos.
Y yo, yo hablé ayer de ella en terapia, y de vos!
- ¡Qué loco estar en tus terapias! Yo necesito charlar esto con un psicólogo. He hecho algo muy bizarro ...
He enviado una encomienda desde aquí (con imprescindibles, tabaco por ejemplo) a alguien que sólo conozco virtualmente, y había quedado sin "un duro".
- Le contaba todo lo que hablamos, la presencia permanente, los paralelismos, las analogías, y que hasta lo hablo más con vos, que con la gente de acá.
Ah! ¿y sabés qué me dijo ella también hoy?, "que tengo potencial para lo que quiera y más que nada para escribir contenidos y formas". "Sobradísima", utilizó.
Viniendo de ella es más que un elogio, no sabés qué lindo escribe. Me habla de pasar tupidos velos, de cambiar las pisadas aceleredas de mi ciudad por otras más tranquilas. Nos entendimos en veinte líneas, no más.
- Es que es así...
- Y me contesta, yo no en terapia, pero sí te tengo en una foto en mi celular que te saqué en la playa. Así que te llevo conmigo a todas partes.
A Fiore, a "la double vie de Veronique" y a Gustavo.