Los días siguientes ella se encargó de repartir curriculum por la ciudad. Cosa que jamás pudo hacer con Claudio vivo. Fue a la Dante Alighieri, se atrevió a ofrecerse como profesora. Juampi mismo entregó uno en su escuela, ya que decía que ella sabía más de Literatura que las mismas maestras.
Viviana también vivía en el km 5, a pocos metros de la casa que había ocupado Claudio hasta sus últimos días.
Ella se llegó hasta ahí. Cortó una flor. Miró esa puerta con el número tres que él no volvió a abrir...
Como no respondía el teléfono fue Viviana la encargada de forzar la puerta y encontrarlo. Según ella estaba en paz.
Ella no podía quitarse de la cabeza la idea de que ahí hubiesen vivido cuando ella llegara, cuarenta y ocho horas más tarde de lo que ocurrió.
Recordaba las últimas conversaciones. Él le rogaba que viajase cuanto antes.
Se encontró con Patricia la primer mujer de Claudio. Habló con Sebastián, que vivía ya en pareja, a punto de casarse y en Neuquén. Sebas se rió mucho del viaje "en grupo", después de tanto...
O de que estuvieran Viviana y ella prácticamente juntas, ahí, en Bariloche.
Una tarde salieron a recorrer. Ella le pidió que la llevara hasta los Coihues, quería volver a ver esa casa donde empezó su infelicidad. Era al borde del Lago Gutierrez. Claudio la hacía compartir mucho tiempo ahí con sus amigos e hijos y ella sabía perfectamente que la mujer del matrimonio había sido amante de él antes de que ellos se casasen. No podía quitárselo de la cabeza. Y para variar era madrina de Sebastián y éste la adoraba.
Fueron hasta el km 5. Nada indicaba que ahí hubiese habido tanta historia. Ella solía hacer hablar a los lugares. No le ocurrió así...
Fueron hasta la casa donde nació Juan Pablo.
Ella le mostró el departamento de la calle Frey donde habían vivido hasta que ella viajó por el coma diabético de su abuela.
Viviana le dijo, que cuando se conocieron, Claudio le había jurado que su mujer no se había adaptado al Sur y había decidido regresar a Buenos Aires. Ella también le contó, por qué nunca se alejó de él.
De haber sabido que Juampi era hijo de ella, lo hubiese hecho, pero él hasta osó mencionar irónicamente, "un vientre alquilado", y si bien sabía que no era verdad, tampoco tenía por qué dudar de que el nene fuese fruto de otra relación. Después de todo estaban separados.
Tanto Viviana como Patricia tenían ganas de que ella se quedase definitivamente a vivir en el Sur como siempre había deseado, y ahora en libertad. Y más, si la situación con la embajada terminaba de cerrarse.
El resto de los días los pasó en San Martín de los Andes. En cinco días consiguió estar a cargo de la oficina de "Rincón de los Andes". Adoraba ese lugar. Y ahí estaba Rober, un viejo amor.
Pasaron diez hermosos días. Ella no podía creer que de eso también se trataba trabajar.
Vendió en ese tiempo lo que otros acostumbraban a hacer en seis meses.
Llevaban a la gente al cerro, era plena temporada de invierno. Subían el Bandurrias, armaban fogones y compraban las tortas fritas a los indios. Bajaban el río en gomón a pesar de la temporada.
Ella no se cansó de mandarle mensajes de texto a Álvaro, y no recibió respuesta a ninguno.
Le contaba lo bien que se sentía al fin, y cuánto lo extrañaba. Del deseo de que su lugar en el mundo fuese Montevideo y no San Martín de los Andes, como lo había sido siempre.
2 comentarios:
Al parecer ella sigue visitando lugares y recordando, un viaje que todos hacemos alguna ves...
Me da envidia lo bien que se siente ella.
Me has hecho recordar tiempos en que yo me sentía así...
Aynssss, el tiempo acaba con todo.
Besos.
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