30 de enero de 2013

Los jueves, relato

Flores violetas  - 27 de enero de 2013
No triangulemos que ya me han hecho triangular toda la vida entre brother y madre y ni la terapia vincular nos sirvió, cuando cerré la sesión mencionando un capítulo número uno del manual de neuroligüística: "no afirmar en positivo algo negativo, a eso le llaman decreto": te vas a caer, te va a hacer mal. Y así partí. Partimos.
Gracias, Clodito, me enseñaste tanto, aunque a veces no sirva de nada y los insanos triunfen y hagan tambalear. 
Y estás vos,  S. Graciana, que has sido una jugadora empedernida y por eso sos la dueña, porque mientras ayer me narrabas tu episodios por horas y yo los míos -con tantos paralelismos- donde no nos sobra una coma y nos falta tanto por "exorcizar": dijiste. Gracias. 
Y si nos animamos podremos empezar a jugar. 
De verdad. Porque quizás la vida sea un juego, y no hay que andar con la verdad en la mano. Y porque tal vez estaba ya prefijado y lo elegimos. No todo el mundo merece saber la verdad. 
A lo de tu tocaya no pudiste llegar. Imperaba. Y tampoco pude llegar yo, y sí volver con flores blancas y violetas; no era el día. El día era hoy de él. Por eso las flores. Las vi y no dudé. 
Le hice jurar que no triangulásemos. Si no, no seguíamos hablando escribiendo, y no entendió lo del enfermero pero si entendió,  que maldigo el libro ese que entregué en El Zaguán. 
Te quise salir a buscar por hospitales y clínicas y después me dije, no. Esta mina cree que su vida es un rosario de problemas por una institución de mierda y tres materias de mierda  (no eran tres, eran seis) y era lo único que te pedía en mi vida. Creo. Capaz me equivoco. Y no se trataba de eso. Era mucho más, era minuto cero. Te pedí siete. No me los diste. Querés verme, yo no quiero. Ya no quiero.
Tal vez, por una vez esté soltando recuerdos, como aconsejaron todos siempre. 
Y ahí me decido a hablar con vos,  Brujex, que estás siempre que uno está mal, y pueden pasar años, meses, y jamás hay facturas. Ojalá pronto te toque empezar a vivir a vos, que lo has dado todo y más , y toca vida. Y nos debemos hace tanto Las Violetas. Las Violetas y el mar y la montaña y tanto...
Vaso dado vuelta, flores violetas con blanco, y el maldito plástico no aparece. Pero muertes son otras; las de más de cuarenta días, y su por qué; la tuya, hace tres años, cuando en dos días yo llegaba, para nuestro sexto regreso. Te amé tanto. Sé que no se puede volver a amar así, a pesar de las idas y regresos en kilómetros y de los novios que me mandaste desde que te fuiste. Porque juntos estuvimos quince años, y si estás en ese lugar muy celeste, estarás viendo que hoy quizás ni ella ni yo debíamos llegar a General Rodriguez. 
Que hoy es tu día, el día de la partida, y merece el reparo. Como cuando aquella rosa cayó desde el cielo caminando Cabildo, y en días partíamos con tu Juampi para cruzar el charco en avión y enseñarle que vos los problemas los mirabas por un circulito cada vez que abordabas uno. Un circulito entre el dedo gordo y el índice cuando tus aviones se empezaban a elevar. Para minimizar. Y yo te discutiese que el nudo a veces se lleva adentro.
Asientos catorce y dieciocho de un viaje que recuerdo entre lo mejor de lo vivido. En ese viaje, tu Juampi fue director de cine y mi casita palermitana, un ratito antes de viajar, nos albergó a los tres, y a mi amiga Lu, porque también podía salir muy mal. Pero no, lo recuerdo como te digo, como te escribo, entre lo mejor de lo vivido.

Hoy no era el dia, brothercito. Hoy era el día de él, y algo tuvo que hacerme regresar a casa. Fue ineludible.
                                                                           
                                                                              *

En mi Taller ya empezó temprano en España y en tantos lados: mi "Hablar escribiendo". Yo por ahora elijo quedarme con este escrito que es de ratos un diálogo con los que ya no están, un monólogo interior, y quizás solo quizás sea el único, ya veré si hay tiempo. Porque el fin último esta vez es poder disfrutar de todos vuestros relatos.
Para contarles un poco sobre Flores Violetas: hablo con los que se fueron, con los que sí están y aportan tanto, y con las causalidades que parecen juegos del destino o misterios a develar.
Me dio mucha ternura que se hayan quedado con la foto de Julio a Alejandra, cuando les pedí fuesen libres, y fotografiaran los manuscritos, las cartas no enviadas, etc. Los espero, por aquí y por allí. Los quiero.

Juliano el Apóstata

Natalia Tarracó

Beatriz

Cecy

Sani Girona

Carmen 

Alfredo

Neo

Teresa

Leonor

Cass

Encarni 

Valaf

Manuel

Medea

Emejota

El Demiurgo

San

Sindel 

Sergio 

Rochies

María Liberona  

Dorotea

Pepe

Eduardo

Cristina Piñar

Gaby

Matices

Fabián 

Lucía M. Escribano

Juji

Mar

Juan Carlos

Javier Noya

Miralunas

Censura XXI

Toni

25 de enero de 2013

Buenos Aires también existe


Recorro tu calles ahora que es posible, porque, como alguna vez dije: "Buenos Aires también existe", y existe más cuando lejos de los ruidos del año calendario, enero le da tregua.  
Todos los caminos conducen a Arévalo, y pensar que pudo ser 2305. 
Y mucho antes me detengo en una imagen de Xul Solar y en una casona de Dorrego a una cuadra del Zaguán que sí descansaba, y mateamos con Borges en las cuatro esquinas, las que tanto hablan; las que hicieron creer y descreer. Donde el verde fue rojo. Y el rojo dio fuerzas pero robó paz y certezas. 
No se si fue casualidad que los primeros libros fuesen los suyos: El alma de Gardel y Fauna y Desplazamientos, después de tanta espera. Espera de calzada. Espera de letras en molde que aguardaban desde antes. Desde una ciudad en llamas que culminaba con brindis por tanto logro. Pero una vez más lo consiguieron. Una vez más. Una vez más, tarde.
Desde hace un tiempo juego. Me rodeo de piedras. Me eligen, las regalo, me las dan. Se quedan conmigo. 
Una noche de mucha luz en la esquina de Santa Fe y Maipú. Tan borgeana. Era Petit Paris; lo es. Aunque hayamos estado ahí Torquato y Regina. Por primera vez lejos de sus obras.Y a la derecha estaba su casa, la que hoy tiene placa, donde comienza el recorrido que fue tan suyo.

Y hay un San Telmo que me dejó con ganas, hace muchos días. Porque ahora los días transcurren distinto.
Porque camino Moldes y ya no duele. Porque es otro día y otro tiempo, y las fechas ya no alertan ni apagan el presente continuo.

Nota al pie: Los espero el jueves 31 por ahora los journalist andan jugando por la madre patria.  Los espero con dos tópicos: "Límites" y los invito a leer y escuchar a Borges en mi laberinto, y "Hablar escribiendo". 
Los días 27 pasan cosas y éste es especial: ese día subiré la consigna. 

23 de enero de 2013

Mario Levrero


Hoy el día, es de él. Ineludible.
Bajo el gobierno de Urano y Saturno, hace setenta y tres años, nació un señor que yo iba a querer mucho, conocerlo otro tanto, aunque seguramente no nos hayamos cruzado nunca. Y si digo seguramente y no lo afirmo es porque vivió también en Buenos Aires y quién podría discutirlo.  
Acaso no son a veces nuestros escritores nuestros mejores amigos... 
Habitó Colonia y sus tiempos, Montevideo, y creo que no era muy devoto de los aviones. Tenía un tema con las palomas, la tecnología, con las horas sin dormir y los espacios, lo vacío o lleno de sus discursos; el vínculo entre una buena caligrafía y un supuesto orden psicológico. Siento que siempre buscó la paz. Ignoro si alguien le dijo que vino a regalarnos tatos momentos de buena literatura. Cuántos lo consideraron luminoso. Cuánto nos regaló en su primera persona. Cuánto nos hizo reír su detective.
Hace muy poco la causalidad, la amistad, hicieron que supiese que su casa de Colonia era hoy Posada y tardé en llegar lo que el barco y las seis o nueve habitaciones disponibles lo permitieron. 
He charlado con sus vecinos, sus casi biógrafos, y mucho antes, abrazado fuerte a su hijo -al de siempre-, y al del corazón; recorrido infinidad de estanterías buscando sus huellas; preguntado siempre por él desde que nos conocemos: desde el año 2010.
Fue por ahí, por un rincón de Tristán que nos cruzamos. Quedan pocas páginas por encontrar. Mucho por releer. Algunos consideran que eso es un lujo a celebrar.
Cómo un Larga vida a Onetti terminó siendo Levrero Luminoso, con los ojos llenos de lágrimas de Marcial. 
El jueves próximo, un juego propuso la página cincuenta y tres del libro en el que estemos sumergidos y a pesar de La Eneida, mi verdad tiene que ver con El alma de Gardel, y que en paz descanse...
Sé que me enamoré sin retorno desde Dejen todo en mis manos y que también supe esa tarde montevideana, con mi ventana que miraba al Solís, que sería para siempre. 
Aún escucho tus palabras: "y eso que no has descubierto La máquina de pensar en Gladys", y entonces me traslado a Luján, a un 57 para charlar un ratito con vos, Jorgito, y entro en El Sótano para saber mucho tiempo después que ese había sido tu hallazgo y tu enojo, Nico. Aunque en aquellos primeros cafés de La Paz recuerdo que dijiste inmediatamente Gelatina.
Hoy es su día. 

17 de enero de 2013

Vuelo de pájaro


Inconcebible, irrompible, inimputable.
Aconteceres que carecen de motivo aparente a pesar de los futuros inmediatos donde hallamos la razón; porque quizás lo elegimos, porque tal vez lo olvidamos, y no obstante ello: descifrar lo indescifrable, develar el misterio, luchar contra los caminos prefijados.
Cielos cuadriculados. Edificios que aun ignorándolo así lo logran.
Te busco, te encuentro, me guardo en los crepúsculos de una ciudad de confines sin nombre.
Soy, estoy, con la misma convicción de siempre; mi lugar está mucho más lejos, donde los pájaros, las flores, la brisa, el lago y las rocas, me devuelven al sitio de donde jamás partí : mi Sur.


Pinturas-de-nancy-rolando

 
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