14 de octubre de 2014

Montevideando


San José y Michelini, dieciséis horas. Escribo. Trato de plasmar tanto y tan sentido en el papel.
La mezcla de sentimientos; el alboroto inicial. Los miedos. Las previas.
Lo que significás para mí, paisito de mi alma.
Quién dirá por qué te quiero tanto. Te lo pregunto desde la mesa del maestro en el San Rafael, a metros del departamento que ocupaba con Luz, el amor de su vida. Su eterna compañera.
Quién pudiera asegurarme que alguna vez va a ser así... Que caminare nuevamente de a dos. Que no todo haya sido pasado...
Vengo de verte, Mario. Me costó encontrarte esta vez, pero cuantos mas tropiezos tuve, mas me obstiné.
Me dirigí al Cementerio Central sin liliums naranjas, con esas flores que se parecen al amancay. Al principio con algo de incertidumbre...
No era ahí. Lo supe apenas entré.
No dudé en buscar un auto, ante la inseguridad del camino cierto, y después de mucho andar, llegué al Buceo donde sí era, pero tampoco estabas. Ahí supe que ahora descansás junto a Luz, en el segundo cuerpo del Central, en el número 148.
Acabo de llegar de dejarte las flores y una carta. No, no te conté todo...
Te conté de eso de no querer vivir más de hace un tiempo, o de no saber que hacer con las horas, del amor y la tierra que no fueron.
Porque hacia mucho que no te veía, y ni vos, mi amada Montevideo, supiste todo lo que tocó vivir hasta volverte a encontrar.
El encierro y las lágrimas; el vacío. El dolor, el temor por todo; la angustia infinita que parecía no cesar. Solo viva en el recuerdo.
Ay maestro, gracias. Llegué. Estuve. Pude.

7 comentarios:

Antonella dijo...


Guau!! qué increíble y qué hermosa experiencia estar un poquito más cerca del gran Mario

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Me alegra que lo hayas logrado...
=)

TORO SALVAJE dijo...

El maestro bueno.
Mi reconocimiento.

Besos.

Beatriz dijo...

objetivo cumplido, Sí Rossina y eso alegra
enhorabuena.

Unknown dijo...

Seguro que el maestro te guió hasta su nueva morada después de hacerte sufrir un rato.
Si quieres puedes y quisiste
Besos

Mª Jesús Muñoz dijo...

Rochis, emotivos sentimientos, que liberan y dan por cumplido el deseo de encontrar a su maestro y amigo...Mi felicitación por tus palabras cercanas y entrañables. Mi abrazo siempre.
M.Jesús

Mario Gómez dijo...

Parece que fue ayer que vi una foto de una mano cerca de su recuerdo, cuando estaba como muy reciente la ausencia de Mario, ahora es como un regreso y un no querer olvidar.

 
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