De los recuerdos imborrables, porque te llevo conmigo a todas partes, y me siento más de allá que de acá...
Es tu luz anaranjada, tu andar calmo, la sal en el aire...Tu magia.
Cada mañana, te miro desde esta orilla, a modo de ritual, y anhelo sea pronto, muy pronto el reencuentro.
Tanto te quise que aquella vez no importó el fin, y pude sostenerme en pie a pesar del dolor. No solo sostenerme, sino sentirme plena. La calle Rincón sabe de adioses. Tácitos.
Tanto te quiero, que anhelo ese viaje, casi como nada más preciado en este instante mismo.
Quiero que me veas bien, como vienen diciendo tantos.
Me hablaron de auras blancas y mucha luz.
Sin embargo ya no vendría llena de libros de tu Tristán, pero no me perdería tu café con leche de La Calesita, ni el salmón con caipiroshka en Hemingway, sí caminaría la Rambla hasta llegar a Che Montevideo, y no dejaría de llevarte liliums naranjas, maestro Benedetti, ni de sentarme en la mesa de tu bar.
También conocí tu Ronda, donde aún tu voz está viva, Darno. Tan viva como me sentía yo el día que llegué hasta el lugar donde descansás, a alcanzarte unas flores y una carta. A hablar con vos.
Quiero caminar la 18 de Julio y perderme en tus calles, mi amada Montevideo. Deseo verte y pronto. Ojalá fuese antes de mi próximo aniversario, y de tu mano, amiga del alma.
3 comentarios:
Que lindos recuerdos plasmas en tus letras amiga mía, tu ciudad a la que añoras con el alma, y que la distancia cada ves se hace mas triste y pesada,..ojala y puedas verla pronto.....
No conozco tu amada Montevideo y será difícil que eso cambie, pero después de leerte dan ganas de sentarse en un avión, cruzar el charco y visitarla llevando tu escrito como plano.
Besos
Que linda debe ser Montevideo paseando contigo.
Besos.
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