Tanto Borges como Fani
estaban encantados con Luján.
Disfrutaron del copetín,
en una mesa con vista a la Catedral, mientras el sol bajaba lento.
Ver la ciudad en el
setenta no dejaba de ser de lo más pintoresco. Una oportunidad irreemplazable.
-¿Vamos a Carlos Keen? - propuse
espontáneamente.
Con un auto estamos en
diez minutos. La ruta es preciosa. Es todo aromas, Borges. Lo hará pensar en Adrogué.
-El amarillo aún no me ha
abandonado. Si llegamos antes del atardecer, podré disfrutar parte de la caída
del sol.
Allí no se privaron de
entrar en una pulpería encantadora y solicitar unas cañas. Ella siempre se
anticipaba: "de naranja", como en el cuento "El Zahir"...
-Por cierto me ha
encantado Carlos Keen. Le
estoy agradecido. Creo que puede llegar a inspirar alguno de mis cuentos.
-Mi hermano pensaba
mudarse aquí. Para el Luján ya se había vuelto agitado. No podía
creer que yo aún tolerase la ciudad.
-Hubiese sido un acierto
-Hubiese sido un acierto
-Vamos a la dirección que
figura en la guía. Le diremos que teníamos una cita allí. Por supuesto que será
un error, pero una buena excusa para entrar.
Así lo hicimos.
Él mismo golpeó la
puerta.
Salió una mujer joven, muy
bonita, muy similar a lo que sería María Gracia en el futuro. Se sorprendió al ver a
Borges.
-Mucho gusto, señora.
Hemos llegado con demora pero espero que no la suficiente para que esté
enfadada.
El viaje desde el centro
ha sido largo, y debíamos también visitar Carlos
Keen.
Ella no salía de su
sorpresa.
-Pues pasen entonces.
Era increíble que creyese
en nuestra mentira, o quizás no podía rechazar bajo ningún concepto la visita
de Borges a su propia casa. Yo tampoco lo hubiera hecho.
Sin embargo, después de
habernos acomodado, nos preguntó que nos traía por ahí.
-Pensé que lo sabía -
respondió Borges.
-No, en absoluto.
-Pues entonces, se trata
de un error.
Debemos tomar algunas
fotos en Luján, y creíamos
que esta era una de las direcciones. Su casa es de las más antiguas de la zona.
-No estaba al tanto de la visita, pero no tengo inconveniente. Siempre soñé con conocerlo. Yo escribo...
-La felicito. Suele ser un gran recurso para muchos.
-Estamos preparando un libro que se llamará "Buenos Aires", pero el Buenos Aires de los arrabales.
-Estamos preparando un libro que se llamará "Buenos Aires", pero el Buenos Aires de los arrabales.
Hemos estado en Adrogué, Areco, ya sabe que en Carlos Keen y cada pueblo tendrá su poema. También
me interesa fotografiar las gentes, no solo los lugares...
Me impresionaba lo bien
que mentía el maestro. O tal vez era una idea apenas surgida.
-¿Usted nació aquí? - le
preguntó intentando un diálogo.
-Sí, pero viví muchos
años en la capital.
-¿Tiene hijos?
-Sí, dos. Aunque uno de
ellos vive con sus abuelos.
Maldita, pensé para mis adentros.
-¿Por alguna razón en particular?
-Por seguridad.
-¿Pero es hijo suyo y la
crianza la guían sus abuelos?
-Ellos pueden estar todo
el día con él.
Con mi hija es distinto,
mi marido se encarga.
-¿Pero por qué de su
hijo, no? Perdóneme la impertinencia.
-Es que a mi pequeño lo
quisieron secuestrar hace un tiempo. Estaba jugando a la pelota en la vereda.
Los vecinos vieron todo y me advirtieron.
Sus abuelos pueden estar
todo el día con él.
-¿Averiguó las causas del
secuestro?
-No, solo elegí esta
opción.
-Perdóneme que le
pregunte tanto. Pero me resulta tan extraño...
¿No cree que en un
futuro, no haber sido criado por su padres puede dañarlo?
-Espero que no. Que sepa
que lo hicimos por su seguridad.
Además él no es hijo de
mi marido. Aunque éste lo quiera como tal.
No creo estarme
equivocando.
-Yo creo que sí. Usted no
deja de ser la madre. La juzgará con los años.
Perdone tanta
intromisión, señora. Pero jamás le hubiera perdonado a mi madre algo así. Me
diese la excusa que me diese.
¿Dio parte a la policía
del intento de secuestro?
-No.
-¿Por qué no lo ha hecho?
-Porque no tengo mucho
para decir. Cuentan que era un auto verde con una franja negra. Conozco alguien
con un auto así. Un Ford Falcon.
-Puede ser casualidad.
-No lo creo... su
verdadero padre... Él tiene un auto así - titubeó.
-Entonces no es un
secuestro, mi estimada. Su padre quería verlo. ¿Tienen visitas pautadas?
-No, él no sabe a ciencia
cierta que tiene un hijo. Al principio no me creyó, y cuando me casé se lo
negué. Tenía miedo de que me lo saque.
No sé por qué le cuento
todo esto a usted...
-Porque le inspiro
confianza. Porque sabe quién soy. Porque quizás está esperando que alguien le
venga a decir que no está obrando bien.
Moría por ver a mi
hermano de pequeño, pero no ignoraba cuán lejos estaba de lograrlo.
María Gracia parecía una
mujer débil, sumisa ...y escuchaba al maestro con atención.
-Bueno, pasemos a las fotos si es posible.
-Por supuesto, será un
honor.
Nos ofreció servirnos
algo para tomar.
Con Fani aceptamos con
gusto.
De pronto vi el cuarto de
una niña, cuidadosamente preparado. Ella jugaba con sus muñecas y corrí a darle
un beso.
Me preguntó quién era.
Le dije que era una
amiga, de un amigo de su mamá.
Yo soy Fabita,
respondió.
En el viaje de regreso
Borges me hizo hincapié en lo que le había dicho a María Gracia.
Quería publicar un libro
de fotos con poemas. De paso continuáremos aireándonos, agregó.
La casa de Victoria es un
palacio. La invito cuando quiera. Solo bastará con llamarla. Es una mujer muy
ocupada.
Son bellísimas ambas,
tanto la de Beccar como la de Mar del Plata.
Y Silvina y Bioy también
tienen una casa espléndida también allí.
-Luego la llamarán Villa Silvina y Villa
Victoria Ocampo. La de Victoria podrá visitarse, será un centro cultural.
La de Silvina será convertida en colegio.
-¿Está conforme con mi
interrogatorio de hoy?
-¡No sé cómo pudo
lograrlo!
-Ella es una mujer muy
simple. Carece de grandes argumentos.
Si no supiese por usted
el resto de la historia, me hubiese dado pena indagarla así.
Su padre sabe de Jorge.
Ese detalle lo ignorábamos...
Pero ahora cree que no es
su hijo, o que se lo ocultan, por eso pretendió robárselo.
Yo no sé por qué no se
lleva el caso a la justicia...
Ella cree que viviendo
con sus abuelos lo mantiene lejos de Salcedo. Vaya solución. Eso la llevará a
mentir toda la vida y a conducirlo a tan trágico final.
-Maestro, no pude ver a
mi hermano - le dije con cierta tristeza. -Y no tenemos excusa para hacerlo.
-La pensaba más atrevida.
Averiguaremos los nombres
de los padres de María Gracia y haremos lo mismo que con ella, aunque la gente
mayor es más desconfiada.
Solo espero que se trate
de una bonita casa para tener la excusa de fotografiarla.
Por otra parte, irá al
colegio. En algún horario lógico la sacarán de la casa a la pobre criatura.
Poco debe ya entender de
por qué no vive con sus padres, y su hermanita sí.
-Eso lo atormentó toda su
vida - dije con angustia.
Y más cuando descubrió,
ya muertos sus abuelos, cartas de mi padre a María Gracia, donde verificó que no se había tratado de una sola noche, sino que habían sido una pareja muy
estable. Pero para entonces mi padre ya no vivía...
-Pobre, joven. Las
mentiras nunca conducen a nada bueno.
-Nosotros venimos
mintiendo bastante.
-No lo crea. ¿"Atlas" o
"Buenos Aires"?
Usted lo sabe mejor que
yo, pero seguro no piensa interferir.
-Ha acertado.
2 comentarios:
Debería ser más atrevida.
Claro que si.
Besos.
¿Atlas o Buenos Aires? Para mi que va a ser mejor Atlas. Atlas fue lo que escribió siempre Borges, una forma de intentar comprender los laberintos por los que se movía, las bifurcaciones de los senderos y otras formas de perderse. Es también lo que intenta la protagonista de estos capítulos, inventar una nueva geografía de la memoria, abolir el tiempo.
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