Esa noche no dormí, eran
demasiadas las emociones.
Mis días con el maestro
eran ya rutina, pero ahora había visto a mi padre. A mi padre muerto en el año
ochenta y ocho cuando yo tenía solo diecisiete años.
Partieron casi juntos.
Borges en el ochenta y seis, y mi papá en el ochenta y ocho. Yo tenía ahora la
oportunidad de tenerlos vivos, charlar con ellos, y al mismo tiempo volver a mi
presente.
A la mañana siguiente,
llamé a Borges antes de salir de casa. Quería saber si no importunaría.
Si no, me dedicaría a mis
cosas. Estaba descuidando el mes de agosto de 2014. Me había ausentado de la
mayoría de los lugares que solía frecuentar y no quería levantar sospechas.
Mi madre me llamó
furiosa. Según ella hacía dos días que no sabía nada de mí. Evidentemente el tiempo
transcurría distinto. En mis cálculos eran
muchos más.
Borges me contestó que no
molestaba en absoluto. Que desde temprano había querido hablar conmigo.
Claro, él no podía llamar
al futuro...
Usted es especial, me
dijo. Por algo Dios o quien sea le ha dado esta oportunidad. Supera todos mis
cuentos fantásticos.
-"La hoja del
ciprés", maestro. Ahí usted despierta, y el tomo de "Las
mil y una noches" no está en el anaquel. Sueño y vigilia.
-Creo que la extrañaré
cuando ya no venga a verme. De verdad que le he cobrado mucho aprecio, y desde
ayer que quiero saber qué sintió, cómo sintió a su padre. Fue muy fuerte lo que
vivió...
-De hecho no dormí. Creo
que no tendremos más oportunidad de preguntarle sobre Jorge.
-Salvo que lo llevemos a
pasear por Luján, y le mostremos el niño de cuatro años - rió.
-No se me había ocurrido.
-No hablaba en serio.
-Yo tampoco.
Maestro, pero sí yo. Yo
sí puedo ir a Luján, espiar a ese bebé, ver si vive con María Gracia o
con sus abuelos. No decirle nada a ella, presentármele con otra identidad, y
actuar como con mi padre. A sabiendas.
-No es mala idea. Pero no
podré acompañarla. Ella seguramente sabe que Borges ha muerto.
-No, maestro. En el
setenta, usted no ha muerto. Recuerde que en su tiempo transitamos el setenta.
Habría que ver qué año
están viviendo ella y mi hermano.
Quizás con ellos llegamos
tarde y en otra línea del tiempo y Jorge ya se quitó la vida...
-Bastará con averiguarlo.
No se desespere. No podré acompañarla pero sí la ayudaré a pensar. No es mala
su idea. Solo que no hay que cometer errores con esa mujer, y encontrar la
excusa justa para enfrentarla.
4 comentarios:
Que grandes dialogos.
Hasta el maestro se hace un lío...
Besos.
Me resulta muy gráfico ese descuido del agosto del 2014, es obvio, que viajar en el tiempo produce ausencias transitorias, desapariciones, cierto desdén al presente. A mi me ha pasado muchas veces.
Rochis, leerte es soñar con otros mundos paralelos, con otras vidas, que quizá vivimos al mismo tiempo y no somos conscientes de ello...Me encanta, amiga...Mi felicitación y mi abrazo inmenso.
Feliz domingo, Rochis.
M.Jesús
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