Se trata de ver y de mirar, de percepciones, de poder, porque no basta con querer. Porque a veces es nuestro mayor anhelo, y sin embargo no lo alcanzamos, olvidando cómo fue cuando de verdad fue. Cómo antes sí y ya no. Hoy no. No hay fórmula.
Entre lo mejor de lo vivido recuerdo los colores, casi tanto como sus músicas. Pero triunfan ellos, los tintes: el brillo en el aire, los paisajes de lavandas de mi sur, los violetas y anaranjados de los atardeceres en Arrayán, los crepúsculos descendiendo sobre el Nahuel, desde alguna ventana del Hotel Correntoso; el Paso del Córdoba regresando a casa...
Los días lilas y celestes en las tardes de Castex y Coronel Díaz, en aquellos años de una casa verde, tan verde como el atuendo que me acompañaba la primera vez que llegué; cuando el número de la entrada me anticipó el resultado. Era 2899, y yo tenía veintiocho años y corrían para ese entonces los meses previos al umbral del nuevo milenio. Los verdes de Juez del Valle: tu lugar en el mundo es verde.
Los días lilas y celestes en las tardes de Castex y Coronel Díaz, en aquellos años de una casa verde, tan verde como el atuendo que me acompañaba la primera vez que llegué; cuando el número de la entrada me anticipó el resultado. Era 2899, y yo tenía veintiocho años y corrían para ese entonces los meses previos al umbral del nuevo milenio. Los verdes de Juez del Valle: tu lugar en el mundo es verde.
Una mañana de amarillos, portadora de tanto después inesperado. Los sueños se cumplen...
Una gema lila, casi transparente, se quedó conmigo; la trajiste de tu Roma natal, cuando seis años nos separaban del último abrazo. Cuando se despedazó el alma, y sentí me evaporaría en llanto.
El Patio de los naranjos y, en tus brazos, un domingo de junio gris.
La tarde en Rincón que fue adiós, cuando aún vibraba en mi ser todo, la noche roja de un Séptimo cielo, y apenas bendecíamos haber llegado a aquel Balcón, iluminado por tus velas...
El Patio de los naranjos y, en tus brazos, un domingo de junio gris.
La tarde en Rincón que fue adiós, cuando aún vibraba en mi ser todo, la noche roja de un Séptimo cielo, y apenas bendecíamos haber llegado a aquel Balcón, iluminado por tus velas...
Y te veo en naranja. Siempre te vi naranja; desde que miraba el río, en la bajada del sol de los confines. Cuando ese mismo río que ya nos separaba, aunque lo ignorásemos, preludiaba el fin del día, y daba inicio a aquellas mañanas, que no por escasas, no permanecen intactas en el recuerdo. Porque la intensidad de lo vivido no tiene que ver con una duración en el tiempo.
Aquella alfombra azul que nos enlazó infinitas veces. Jugábamos en azules. Te amé y fui tuya en esa casa que hoy, aun cercana, ya todo lo calla; como si no hubiese sido verdad; como si jamás hubiera sido nuestra.Ya nada; no tiene nada por decirme. Y tampoco duele.
Y esta casa amarilla donde comulgaron almas tan lejanas, como suma y resultado de infinitas letras en juego. De tanta letra propia. De lo silencios que escribiste. De los interiores que ya no enmudecieron. De tu voz. Del color de tu voz...
De los grises y la lluvia de la mañana de domingo, que pudo ser la primera. Cuando resultó ineludible, inevitable. Urgente.
Y también estoy allá. En Huilo Huilo. En medio de la magia de tus verdes, del agua que se reune transparente entre paredes de acantilados.
Y allí, en mi Montevideo, en mi paisito del alma, donde el sol se calla con pereza, y la lluvia más plateada, no oculta tu naranja.
Hay muchos más en casa de ellos
29 comentarios:
Tiene tal intensidad tu relato que me quedé sin aliento, prendida entre colores, lugares, emociones y las palabras que obedecen y se recrean por la mágia de tu imaginación. Me quedo con un naranja y el verde vestido la verde casa.
Felicitaciones amiga Rochie, es un placer leerte, añado besito azul o violeta.
Precioso!...así como los aromas, los colores -sise abre uno a sus magia, si se sensibiliza- son capaces de transportar pedacitos de las sensaciones añoradas.
Una belleza tu texto!
Un abrazo
Ayyy es muy lindo lo que escribió! Los colores del sur son impactantes si? quedan grabados para siempre en la memoria, y mas si estan como en su caso, ligados a un recuerdo grosso.
Cierto que para ud los colores deben ser muy importantes, de hecho su blog lleva color en el título; tiene relación con la casa amarilla de la que habla aqui???
Besos Rochilda!
Cuantas pinceladas nos deja en la piel y en el alma lo vivido. Los tiempos del alma van tiñéndose de colores diferentes en su discurrir y las emociones se matizan en los recuerdos
Siempre transmites, siempre llegas.
en mi rincón he dejado mis ACUARELAS
Un beso
Hay que respirar, para poder decirte que es un relato que te lleva a pasear mientras los aromas te van impregnando.
Muy tuyo.
Abrazo nena.
Un relato intenso y preciosamente labrado, como el verdor de una manzana a punto de caer desde el árbol golpeándole sin quierer su cabeza.
Precioso blog. Vengo desde lo de Janeth y me llamó la atención tu nombre. Un saludos desde una Copenhague jugando con las doradas hojas de otoño,
Ian.
Como será la cosa que todos estos colores como que ya los reconozco, son algo que te es propio, algo rematadamente hermoso que te pertenece. Especialmente los naranjas y los celestes, la proposición de un Sur definitivo y lindo como un arcoiris distante e inolvidable remedado por el recuerdo. Para qué más.
Tu relato embriaga. Son los colores de tu alma los que lo visten. Enhorabuena!!
Un beso
Un precioso paseo, lleno de color, paisajes y sentimientos.
Un abrazo
Lola
Me gusta lo de "...donde el sol se calla con pereza...". Besos
Ohh!!! Me encantó tu relato.
Gracias por tu visita y dejar tu huella.
Volveré.
Un beso
Confieso que tus textos me cuestan. Por ello los leo y releo y me sorprendo descubriendo matices que antes se me escapaban, detallitos casi imperceptibles que agrandan en significado y significante de cada frase.
Me va gustando mucho leerte.
Un abrazo
2899. ¿un romance en el futuro?
Me gustó, muy poetico, los colores presentes.
Hermoso Rochie este paseo tan lleno de colores, tan llenos de olores y emociones. Me gustó caminar contigo.
Un abrazo.
Me gusta el naranja, es un color cálido, brillante y que trasmite, casi diría que como tu relato.
Naranja y verde, que hermosa combinación. En esta tierra donde vivo son los colores que más abundan. Sin duda enamoran.
Un abrazo
Ufff! no tiene desperdicio; amor, pasión, color,emociones a flor de piel... y ese naranja, que me encanta!
Besos.
Me ha encantado este paseo de colorido casi surrealista en algunos momentos, pero que he disfrutado de forma muy amena.
Un beso
Amiga que despliegue de belleza y color!!, tus recuerdos son colores que se quedaron en tu alma y que ahora nos los dibujas dejandonos un fragmento de tu inmenso corazon...
Recuerdos de ambientes, de paisajes, de lugares, de momentos, rememorados por los colores más que por las músicas. Un relato intenso que nos hace acercarnos un poco a esos lugares por donde fluyeron tus vivencias.
Un abrazo.
Rochies, me ha encantado!
y ese apasionado naranja...
lindísimo. entrañable.
un beso
Los colores de tu vida... De una vida... De una vida entera. Del pasado al presente... Esos ojos puestos en cada rincón de la vida buscando un recuerdo lleno de matices diferentes. Y esa mirada hacia afuera, inevitable por todo lo que significa para vos. Un hermoso relato... Se abren puertas de colores que jamás volverán a cerrarse. Buen fin de semana!
Un recorrido de colores que son sensaciones, lugares y vivencias. El pasado, los recuerdos y las experiencias. Y al final el naranja brillante reinando.
Hermoso, pero hermoso texto Rochies.
Un besote.
Rochies, ha sido una delicia leer este texto tan intenso, lleno de referencias al color y su rastro de emociones.
Frases que te transportan y te hacen cerrar los ojos e imaginar sentimientos que reconoces como propios.
Felicidades.
Besos
Así es, Rochies, los colores, igual que los aromas, se impregnan en la piel convirtiéndose en recuerdos que visualiza nuestro interior cual si adquiriesen vida presente; nos transportan al ayer, tal vez la infancia, tal vez la adolescencia, épocas de la vida que dejan huellas indelebles.
Me encantó tu relato, tu blog en general, pues estuve visualizando algunas de tus entradas, así que, si me lo permites, seguiré visitándote, amiga poeta. Gracias por tu comentario en mi blog, circunstancia que me ha facilitado conocer el tuyo.
Un abrazo
FINA
yo siempre pensé en sanmartincito en amarillo, no sé porqué. Y nos queda Huilo Huilo, ojalá se nos haga color algun día.
Toda una fotografía que se llena de colores con palabras tan intencionadas.
La inclinación del sol por estas latitudes, dan su toque especial a los colores que nos rodean.
El sur es bello, y más aun, en tus palabras.
besos
Qué bello juego de cromatismos. He disfrutado mucho las distintas intensidades de los colores que van acompañando este relato que evoca sin dolor, pero con el gusto de esas tonalidades. Bello, muy bello. Disculpe que falta mi color, pero anduve un poco atareado, tirando a stresado de tanto despelote laboral-material-familiar. Besos.
Hola, ola de mar...
Tu relato invita a zambullirse casi sin pensarlo en los colores y sensaciones que describen tus los espacios de tu sur. Es un viaje emotivo y apasionado precioso, muy vivo.
Un beso y gracias x asomarte a mi morada.
Aire
Me faltó un color en tu paleta de pintora. No encontré el negro. ¿casual?. Quizás es que siempre lo asociamos a lo contrario a la vida. Sin embargo es tan vivo como los otros y ocupa casi la mitad de nuestro tiempo aqui. Yo asocio los colores con números, no se por que, pero lo hago. Azul con 5, verde con 6, amarillo con 3, blanco con 0. Y los momentos especiales con música. Siempre con música
Precioso texto. Y muy relajante su lectura.
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