Somos seres divinos viviendo una experiencia humana |
Ampara el anhelo de que llegue acompañada; de la mano de la misión cumplida, del deseo satisfecho, del aprendizaje implícito; sin embargo, impera en el instante menos preciso, en medio del cotidiano más usual, de la rutina más vana.
No nos deja sabor a calma.
No arremete después de la meta alcanzada, sino en el intento.
No nos sorprende saciados, consumados; completos. Con la prisa de estar yendo a ningún lado.
Porque, cuántas horas, repletas de minutos y segundos infinitos; días y semanas muertos de pena, sin la certeza del hallazgo ni la emoción de lo distinto. Habilidad adquirida por la conformidad. Secuencias inagotables de días que no se dejaron ser; cuando ya siquiera martiriza el hartazgo, cuando basta lo indispensable para sentirnos plenos, casi íntegros. Vivos.
No habíamos hallado el amor, después de uno y mil intentos; ni la hora al fin nuestra, ni el momento preciso. No había habido certezas y sí la incertidumbre; extravíos.
No nos había alcanzado ni el sueño ni la gloria, no perfilaba aún la claridad ante el camino incierto; arduo; mil veces idéntico, con el reparo puesto en un mañana por fin distinto; en el día que no fuese ni igual ni semejante. La hora pareja.
No nos había alcanzado ni el sueño ni la gloria, no perfilaba aún la claridad ante el camino incierto; arduo; mil veces idéntico, con el reparo puesto en un mañana por fin distinto; en el día que no fuese ni igual ni semejante. La hora pareja.
No se emparejó la suerte. No hubo mensaje, conclusión, ni anticipo.
Aún faltaba sentirse dueños, hacedores últimos. Simplemente éramos.
Remata, ultima. Sin mensaje previo. Sin razón. Basta el antojo, el capricho.
Con el derecho como utopía. Cedemos; absurdos; reticentes.
Volveremos, tal vez, a aquel lugar del que olvidamos haber partido. Se trate quizás del epílogo, o apenas del inicio. Cuesta asumir la posibilidad de lo definitivo.
Imperecederos, sumamos, porque aún resta tiempo.
Cavilamos entre pretextos bien buscados; devaneo casual.
Cavilamos entre pretextos bien buscados; devaneo casual.
Construimos, dejamos huella; lacramos. Nos lacran.
Pasajeros sin retorno, que ignoramos la línea de llegada. El después.
Olvidamos el motivo.
Pasajeros sin retorno, que ignoramos la línea de llegada. El después.
Olvidamos el motivo.
17 comentarios:
Nacer y morir.
Esa es una buena antinomia.
Besos.
Es un texto profundo, de reflexión, que nos hace pensar en el día a día en el disfrute de los momentos porque después, tal vez no haya después. Sé que cuesta, sé que no lo hago, pero uno debería disfrutar más y sufrir menos como un amigo que hoy no está me dijo en un sueño. ¿Qué será de nosotros? no está en nuestras manos la respuesta. Agradecer a Dios el día a día y lucharla a diario con lo que nos tocó en suerte.
Es conveniente no olvidar que la línea de llegada puede estar en cualquier punto del camino.
Hoy especialmente, me alegra leerte y saber que estás bien.
Besos.
"..Cavilamos entre pretextos bien buscados;.."
Que gran verdad. Bien buscados.
Hermoso texto.
Un abrazo.
nos lacran. Sí
K
Lo he leído y releído y hay frases que son para guardarlas como memorables "no arremete después de la meta alcanzada, sino en el intento" . Hermoso tú "sumamos, porque aún resta tiempo" Vivir es avanzar, es arrancar hojas al calendario, "es" hasta el segundo último una maravillosa experiencia.
Como siempre tus textos me dejan en un estado de placentera reflexión
Un abrazo amiga.
(no he podido leerte en el "Taller..., no puedo acceder a la página. Tal vez sea un error pasajero.)
En medio de tantas contradicciones me gusta el termino intentar, porque siempre tiene el sabor de estar, estar haciendo.
Un abrazo!
un motivo la existencia como ejercicio no resuelto, la estúpida necesidad de buscar una explicación, una causa sin notar que solo es nuestra incapacidad de ver simplemente el color de una mañana, un abrazo
Je suis d'accord avec tout ce qui est dit au demeurant rendu très poétique de part la langue utilisée. Je ne prétends pas comprendre toutes les subtilités mais cela chante bien à l'oreille, c'est tout simplement beau...
Isabelle desde Francia
Moverse en medio de la incertidumbre, buscando algo que no sabemos qué és.
Muy bueno.
Hola. Disculpe, no se si le interesa
pero le dejo el link de mi banda.
http://soloscurorock.blogspot.com/2012/02/seleccion-ensayos-2011.html
Saludos.
Sea cual fuere el motivo o el propósito por el que estamos en el aquí y ahora, creo que valdría más que apostáramos al incremento de lo positivo, del disfrute, de la generosidad pese a todo. Si todos lo hiciéramos, si dejáramos la lágrima y la queja como leit motiv de vida, las rutinas serían mucho menos pesadas, los días serían más vívidos, el destino una aventura que merecería ser explorada.
Hermoso texto.
Un abrazo.
Asumir que estamos perdidos, que no hay pasajes de vuelta, puede parecer una queja inútil, ingenua, lastimera, tal vez, pero...a veces me pasa que me duermo y pienso que al final espera una estación caliente y inesperada, seré tonto.
Has descrito a la perfección al ser humano. Somos contradictorios. Y es precisamente la contradicción lo que nos otorga algo de divinidad.
Un abrazo,
Ricardo
Después de cada acción hay un después, incluso luego de la pérdida, ya que luego de ella llega el olvido, el odio, la memoria inventada y la oportunidad... O eso dicen, los que dicen que saben.
Saludos
J.
Como una larva que deja la hilera para no olvidarla.Como mi camino pedregozo, pero lleno de sustentables momentos para morir con una sonrisa pícara.
Cariñuuuuus!
Nadie conocería a Hansel y Gretel si no hubiesen dejado migas de pan en el camino. Que se las comieron, sí, pero por eso viven del cuento.
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