A todo o nada. Blanco y negro. Implorando por la gama de grises lejos de los límites. Por salidas de claridad resplandor y cantares.
Paz, caos. Miedo, alegría. Sanación.
Manos que cooperan. Luz brillante. Sin vaguedad. Sin confusión.
Y llegar hasta ahí, donde empieza el trayecto más luminoso. El que convertía los grises en naranja y el andar impedía el desdoblamiento al alcanzar la otra orilla. Sin pesadumbre. ni retiros, ni añoranzas. Porque la hay, aunque solo se trate de un desvío en el camino que soñaba prefijado. Porque costó y cuanto,
Por un mar de sales, por el andar que sana. Por la luz aunque breve. Por la paz.
10 de junio de 2013
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6 comentarios:
La vida tiene más sentido -quizás- por sus sutilezas, por sus infinitas variantes, aunque en ese transitar se deba resignar certezas en pos de un cúmulo de ambigüedades.
Un abrazo
La imagen, tanto la foto como la descripción, muestra lo absurdo de la pretensión de blanco o negro.
Concuerdo con Neogémimis.
Veo que usted también es partidaria de caminar. Hay que resaltar la luz que es el escenario a veces invisible y sin embargo fundamental de esos andares, como si cada paso sostuviera un color, una variación, quizás un sentimiento que se apaga.
Por el andar que sana, el que hace camino como ha sentenciado Machado. Por la paz y la vida. si ha llegado allí, el color se hace presente. Besos.
Gracias infinitas a los cuatro. Y si Mario andar me libera tanto como escribir.
Me gusta, muy profunda, tanto que no se sí la llegué a entender muy bien, pero es verdad que la felicidad son sólo momentos. Hay que aprender a adaptarse incluso a los grises más profundos.
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