La única anormalidad es la incapacidad de amar.
Anais Nin
Hoy quiero andar, andar como a veces antes; caudales de calles, maratones de imágenes. Respirar el sol; es primavera y hay brillitos en el aire. Y no estar apurada ni preocupada por nada, ni por volver ni por nada, y que no de miedo el cansancio ni que a cada paso te aparezcas vos, por estas calles que jamás caminaste, y que ya no estés como antes, como ahora que ya no estás porque no querés, porque nos castigaste. El amor lo mataste desde siempre, no lo dejaste ser, pero yo te quería mucho. Mucho de verdad. Disfrutaba de cada cosa que hacíamos y del amor, porque yo creo que sí sentí amor, que sí llegué a sentirlo. De esos que no tienen tantas chispitas ni tantos miedos y que nacen cuando dos están muy cerca. Lo matabas sí. Pero a veces yo lo acurrucaba, le curaba las heridas, lo protegía de vos que no querías saber de él, y nada. Lo hemos charlado tanto. Seguro se cansó.
Las últimas veces fue como si algo me cubriera; jugaba sin darme, no lograba las formas. Sé que no te dabas cuenta pero yo sí. Algo cambió. Se perdió. También lo supe cuando me colmaste de besos, de besos infinitos como esos que se les dan a los nenes. Me diste a montones, y yo también. Te abracé muy fuerte y no sabía que no vendrías, pero algo pasó, sospeché que todo este camino nuevo no te lo iba a contar, ni éste ni todo lo que pasó sin que estuvieras. Un poco que me cansé de casi todos, por eso ahora basta de homenajes, y no me pone triste. Me quiero yo, me cuido yo, porque me descuidé, dejé que entrasen personas que jamás debiera haber dejado llegar. Qué me voy a creer. El que te alaba te disminuye. Es verdad. Siempre me costó entender esa frase, siempre, y sin embargo es cierta. Te acordás cuando no podía ir a ninguna parte, bueno, es una forma de decir, porque no podía estar, no podía con un segundo de mi existencia. Estuviste cerca pero no creo que hayas sabido lo que tenía adentro, creo que nadie lo supo, era la insoportabilidad del ser, de existir, de sentir desde el roce del viento hasta el peso de las sábanas. Costaba estar de pie, sentada, acostada, costaba todo. Costaba vivir, nunca nada había sido tan cuesta a arriba. Sin embargo ese día era tu fiesta, y no podía fallar, quería estar con vos y nada más que eso. Cada instante previo, cada milésima de segundo fue un suplicio. Creo que después fue lindo, después de después claro, porque yo me iba a mi lugar en un grito de auxilio, un intento de salvataje. También allá costaría ser. Estaba cansada, es que sólo necesitaba eso, descansar sin límite para resurgir. Sabés que ya no me acuerdo cuándo fue que fue que me empecé a animar, cuándo me vine llena de papel, y el río volvío a estar en el medio. Parcelándonos. Volví llena de papel, sí; de arena, de sol y sal; de él, y su allá estaba cerca y todo se volvió causal y fácil, y había miedo pero menos, y sonaba todo el tiempo su "Mensaje del alma", daba fuerza, y aún hoy es como un mantra de todos esos meses hermosos, donde no dudaba en entregarme, en confiar y creer en la magia de los encuentros, y la sincronicidad de las cosas que nos pasan. Pero nunca entendí por qué no quisiste, por qué lo matabas, ni siquiera querías que nazca. Ya te dije lo cuidé yo, era nuestro, pero también era mío y no se merecía tanto daño, para eso ya estaba yo, tan vulnerable, tan permeable a todo, que no te dabas cuenta que prefería morirme, que no creía en nada. No sé si te extraño, creo que lo lograste. Querías eso, no. Si nos salía bien vos te ocupabas. Había que perder de nuevo. Hoy estoy tan lejos, ya no sé de vos, si ahora sí querés a alguien, si algo de lo que tuvimos lo extrañás, porque de verdad que esto pasó siempre, pero nunca así como ahora, y me hubiera gustado estar cerca y que estés, pero capaz nunca te olvidaste que fuiste testigo del "colpo", y aunque no te importa no me perdonás. Sí, de ese, del que me tuvo enferma de espera y de pausa. Pero a vos te quería mucho, y capaz mucho más que eso. Te acordás cuando él nos avisó, cuando nos dijo "no tengan miedo". Porque a los amigos también se los cuida, porque a veces hace calor y tengo frío.
Las últimas veces fue como si algo me cubriera; jugaba sin darme, no lograba las formas. Sé que no te dabas cuenta pero yo sí. Algo cambió. Se perdió. También lo supe cuando me colmaste de besos, de besos infinitos como esos que se les dan a los nenes. Me diste a montones, y yo también. Te abracé muy fuerte y no sabía que no vendrías, pero algo pasó, sospeché que todo este camino nuevo no te lo iba a contar, ni éste ni todo lo que pasó sin que estuvieras. Un poco que me cansé de casi todos, por eso ahora basta de homenajes, y no me pone triste. Me quiero yo, me cuido yo, porque me descuidé, dejé que entrasen personas que jamás debiera haber dejado llegar. Qué me voy a creer. El que te alaba te disminuye. Es verdad. Siempre me costó entender esa frase, siempre, y sin embargo es cierta. Te acordás cuando no podía ir a ninguna parte, bueno, es una forma de decir, porque no podía estar, no podía con un segundo de mi existencia. Estuviste cerca pero no creo que hayas sabido lo que tenía adentro, creo que nadie lo supo, era la insoportabilidad del ser, de existir, de sentir desde el roce del viento hasta el peso de las sábanas. Costaba estar de pie, sentada, acostada, costaba todo. Costaba vivir, nunca nada había sido tan cuesta a arriba. Sin embargo ese día era tu fiesta, y no podía fallar, quería estar con vos y nada más que eso. Cada instante previo, cada milésima de segundo fue un suplicio. Creo que después fue lindo, después de después claro, porque yo me iba a mi lugar en un grito de auxilio, un intento de salvataje. También allá costaría ser. Estaba cansada, es que sólo necesitaba eso, descansar sin límite para resurgir. Sabés que ya no me acuerdo cuándo fue que fue que me empecé a animar, cuándo me vine llena de papel, y el río volvío a estar en el medio. Parcelándonos. Volví llena de papel, sí; de arena, de sol y sal; de él, y su allá estaba cerca y todo se volvió causal y fácil, y había miedo pero menos, y sonaba todo el tiempo su "Mensaje del alma", daba fuerza, y aún hoy es como un mantra de todos esos meses hermosos, donde no dudaba en entregarme, en confiar y creer en la magia de los encuentros, y la sincronicidad de las cosas que nos pasan. Pero nunca entendí por qué no quisiste, por qué lo matabas, ni siquiera querías que nazca. Ya te dije lo cuidé yo, era nuestro, pero también era mío y no se merecía tanto daño, para eso ya estaba yo, tan vulnerable, tan permeable a todo, que no te dabas cuenta que prefería morirme, que no creía en nada. No sé si te extraño, creo que lo lograste. Querías eso, no. Si nos salía bien vos te ocupabas. Había que perder de nuevo. Hoy estoy tan lejos, ya no sé de vos, si ahora sí querés a alguien, si algo de lo que tuvimos lo extrañás, porque de verdad que esto pasó siempre, pero nunca así como ahora, y me hubiera gustado estar cerca y que estés, pero capaz nunca te olvidaste que fuiste testigo del "colpo", y aunque no te importa no me perdonás. Sí, de ese, del que me tuvo enferma de espera y de pausa. Pero a vos te quería mucho, y capaz mucho más que eso. Te acordás cuando él nos avisó, cuando nos dijo "no tengan miedo". Porque a los amigos también se los cuida, porque a veces hace calor y tengo frío.
18 comentarios:
Un texto muy sentido... a medida que iba leyéndolo me metí en la vorágine de tus palabras. Me gustó.
Te dejo un beso.
HD
Hola Rochis:
Dice mucho su escrito.
Muchísimo; como cuando un texto supera a su autor, que es lo que se me ocurre pasa.
Dentro de un tiempo, al releerlo, Usted se va a dar cuenta cuánto contó, sin darte cuenta.
Ya va a ver.
Difícil no sentir esas palabras como propias, difícil olvidar el amor no correspondido... Una hermosa catársis... Como dijo Crónicas, digno de releer...
Saludos !
Rochitas,impresionante tu post.Lo encabezas con una frase preciosa,"la anormalidad es la incapacidad de amar.."Estamos aquí para aprender a amar,amiga.A veces huimos del destino porque no nos responsabilizamos de él,nos faltan sentimientos que nos apoyen,estamos confusos y nos vamos.
Sin embargo,todos tenemos sentimientos,más o menos intensos,más o menos inmensos.El amor no muere,se transforma,evoluciona y creo que la vida nos acaba dando otra oportunidad cuando la merecemos.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso,amiga.
M.Jesús
es el miedo? es eso?
:)
Me caló muy hondo el texto, me sentí dentro de él y sentí cada una de tus emociones.
Genial mi niña.
Besos y susurros muy cálidos
Vaya! Que preciosidad!
Me alegra que me hayas visitado pues así pude llegar a tu blog y tu texto que es muy bueno me dice que me voy a quedar por aquí dándome el gustito de leer más :D
El cielo o el infierno no están en otro lugar que tu corazón. Tú decides. No podemos pasarnos la vida dependiendo de las miradas o las caricias de otro... Sé libre y ama desde tu libertad.
Saludos.
Eso, cuídese ud, quiérase ud y suelte, deje ir, que la primavera recicle y vuelva el sol.
Un beso Rochie!
Rochitas, tu "Hoy" está impregnado de ayeres en prisión, pero con la esperanza de vuelos, de mañanas. En una frase especialmente desgarradora pero cargada de esperanza "No sé si te extraño, creo que lo lograste"... está concentrada toda la fuerza del narrador, todo su desencanto con ese pasado.
Te he leído varias veces, tu texto merecía una relectura. Se suspira al final y eso suele pasar con buenos textos-
Un beso y mi admiración
El amor bueno, sano y persistente no lastima, no busca dominar ni controlar ni castigar. Todo lo contrario: la meta es la felicidad de la otra persona, la felicidad compartida, esa que se siembra y después se recuerda como lo que fue: el mejor tesoro.
Es tiempo de seguir adelante, cada quien con sus propios motivos, pero todos buscando sentir en profundidad la vida y merecerla.
Un abrazo.
Me sentí dentro del texto. Me gustó cómo lo escribiste, con ciertos juegos de palabras. Pareció contado, es decir, como si te escuchara.
un abrazo. martín
HAY TANTA VERDAD EN TUS LETRAS. ES TU HISTORIA Y A LA VEZ ME VEO REFLEJADA. EL CANSANCIO, LA ESPERA, EL TIEMPO QUE NO ALCANZA O QUE SOBRA.
MUY BONITO ROUCH
A PESAR DE LA NOSTALGIA QUE ME DIO LEERLO
SALUDOS
Duro y purificador encuentro entre tu alma y tu corazón, el destino nos marca, el amor nos hunde o nos hace volar, el recorrer nuestros sentidos siendo sinceros con nosotros mismos, nos descubre esa otra parte que desconocemos y que es absolutamente necesaria para seguir caminando...abrazzzusss
Frío me ha dado al leerte.
Está en ti aún.
Besos.
Hay un frío doloroso en el ardor de ese recuerdo, una desnudez que proclama ser cubierta para que nada lacere aun más su herida expuesta. Es muy bello en su dolor, en esa evocación que, a la luz de lo narrarda, carecerá de eco, del que te interesa, por supuesto. Besos.
Conozco de que hablas, tenemos màs de un punto en comùn, lo recordas??
Ahora es tiempo de cuidarte vos.
Acordate de esta frase, siempre digo que en la vida es mejor algunas veces perder para ganar.
Te abrazo fuerte.
Rochis, amiga, tantas palabras que reflejan una densidad de sentimientos y circunstancias. Intimo y colectivo a la vez. Te entiendo y me identifico. Perfecto exorcismo epistolar. Un calido abrazo.
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