La escalera la conocíamos; nos era habitual, formaba parte seguramente del día a día; pero en verdad no era esa que los dos sabemos de memoria, ni ninguna otra que hayamos visto.
De algún modo te las ingeniabas para que, detenidos detrás de la puerta, pudiésemos permanecer unos minutos en el descanso: juntos, de pie, abrazados; sin poder evitar los besos, que eran los primeros. Sin embargo, no éramos extraños.
Tampoco recuerdo como seguíamos. Cómo seguíamos después de ese cambio. Cómo afrontábamos la mirada de los otros.
Sólo sé que voy y vuelvo, como le escribí hoy a ella. Que a veces no tenés nada que ver conmigo, ni con lo que sueño encontrar en un alma par, y sí todo lo contrario.
Te siento chiquito, frágil e indefenso, detrás de un disfraz, que desde que la vida nos cruzó, te has ido quitando. Vulnerable. Ambivalente.
Ya no sé cuándo fue que fue. Que no me sorprendió que compartiesen ni el onomástico, ni un pasado común en ese país que yo también tanto amo, ni el animal que cambia cada doce años, a pesar de lo poco que confío en esa otra astrología; y una vez más ese rasgo...
De algún modo te las ingeniabas para que, detenidos detrás de la puerta, pudiésemos permanecer unos minutos en el descanso: juntos, de pie, abrazados; sin poder evitar los besos, que eran los primeros. Sin embargo, no éramos extraños.
Tampoco recuerdo como seguíamos. Cómo seguíamos después de ese cambio. Cómo afrontábamos la mirada de los otros.
Sólo sé que voy y vuelvo, como le escribí hoy a ella. Que a veces no tenés nada que ver conmigo, ni con lo que sueño encontrar en un alma par, y sí todo lo contrario.
Te siento chiquito, frágil e indefenso, detrás de un disfraz, que desde que la vida nos cruzó, te has ido quitando. Vulnerable. Ambivalente.
Ya no sé cuándo fue que fue. Que no me sorprendió que compartiesen ni el onomástico, ni un pasado común en ese país que yo también tanto amo, ni el animal que cambia cada doce años, a pesar de lo poco que confío en esa otra astrología; y una vez más ese rasgo...
Creo que te lo dije inmediatamente. Que me sorprendí y no. Que fue como si de antemano supiese, que había algo más en común entre ustedes, que que ya fuesen importantes en mi vida. Que no fuese la nostalgia sino el asombro. Que ya no doliese.
No es la primera vez que pasa. Si alguien me refiere a un otro. Algo del pasado compartido con ese otro, va a ser común a los dos. Sería justo. Ojalá que sí.
No es la primera vez que pasa. Si alguien me refiere a un otro. Algo del pasado compartido con ese otro, va a ser común a los dos. Sería justo. Ojalá que sí.
13 comentarios:
A veces sueño que recuerdo un sueño que, naturalmente, es parte de la historicidad de ese sueño que estoy soñando. Luego me despierto. Recuerdo lo que queda del sueño, y recuerdo el recuerdo de haber soñado antes el pasado de éste en ese mi ...smísimo sueño.
Me trae a la mente dos espejos enfrentados.
Cual es la verdadera imagen?
Buen texto.
Un abrazo.
Mejor que las escaleras no hablen!!!!
Uno nunca sabe cuando los sueños se vuelven realidad, cuando la fantasía pasa a ser real, cuando los deseos son tan fuertes y se terminan concretando.
visualice le diría un gran ser al que adoro, visualice y tal vez...
Besos
por más que hable de amor o desamor, siempre es georgie quien la habita.
mil besos*
Interesante post me ha dejado pensando.... un abrazo y buen fin de semana besos ***
En esas escaleras por las que anduvo el recuerdo, no es difícil reencontrarnos con el pasado, los pasados, el olvido y los sueños.
Besos, Rochita.
Al igual que ocurre en nuestro sistema inmune "lo que no nos mata, nos hace más fuertes", en todos los campos de la vida.
Siempre que reaccionamos positivamente aprendiendo de todo aquello que nos acontece, que para eso está y nos llega… Crecemos interiormente, nos hacemos más fuertes, y también más "sabios", más buenos si podemos aprovecharlo para "ver" más allá, más profundamente.
Al integrar la nueva experiencia, nuestro horizonte se expande, se amplia, abarca más y más de la Vida.
Intuición?
Destino?
Besos.
Las casas tienen vida, son un todo y dentro de ese todo hay espacios sociales y espacios para ser vividos. La escalera es uno y el terrado o azotea otro...
Me encanta como escribes!
Quitarse y ponerse disfraces forma parte también de esas otras leyes no escritas con que intercambiamos experiencias. Al final, de los muchos que somos a lo largo de una vida, el más extraño es el que resultaría de sumar lo que de nosotros hemos ido abandonando en los otros, gestos fingidos, palabras irreflexivas... Un saludo desde este otro lado.
Decidir si sumamos antes que perder es en las relaciones humanas otra de las muchas posibilidades que nos pone la vida para llegar a la felicidad. Si nos acostumbráramos a quitarnos las máscaras y asumir que son muchos los caminos por donde es posible llegar hasta la desnudez del alma. Hasta la verdad. La nuestra. Y etener la valentía de descubrirnos.
Y que las leyes transitivas existen en los sentimientos.
Un abrazo y enhorabuena por tus palabras.
La ausencia de algunos recuerdos, el ir y el volver, los "ya no sé cuando"...imagino que de ahí la posibilidad del asombro, una desmemoria parcial y útil que concede la posibilidad de que "ya no doliese", a mi me parece una alternativa tan difícil como necesaria.
A veces nos sobreviene la impresión de estar viviendo junto a un auténtico misterio disfrazado de amante, madre, hermana, abuelo...
Saludos.
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