13 de abril de 2013
Carruseles
No sé que decirte que no resulte monotema. Ni sé que hacer para que no te alejes cuando te siento tan cerca. Ambivalencia.
Sé de abismos. Sé de carruseles que marean y no liberan. La calesita parece no tener fin y mucho más la impaciencia porque así sea. El tiempo que corre distinto.
Sabés todo de mí. Y cuánto sé de vos aunque no lo creas y te fugues.
Cuando no recuerdo cómo ni en que estado te pedí que te alejaras y ahora este vacío infernal e inmanejable. Sí, te extraño.
No quisiste saber y no entendiste en el momento preciso. No lo era quizás. Y ahora esta laguna, y el escozor ante la sola idea, que me escapa sin opción a la vista.
Sentimientos entrecruzados. Vacío. Maratón. Soledad. Estoy y sé que estarás en mí por mucho tiempo. Como cada segundo de vida que se vuelve eterno. La velocidades...
Que alguna vez sea cierto. Que alguna vez fuese verdad.
Publicado por Rochies en 13.4.13
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4 comentarios:
asi es como es la ambivalencia de los carruseles! tantas vueltas que marean
el alma y lo que empieza feliz, despues... y siempre esa sensaciòn de camino sin fin.
què bello escribes, nena!
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Este carrusel parece un helicoide que te ha llevado hasta la laguna en la que habitará, quizá, un barquero que nos llevará hacia las costas del vacío. En realidad, creo que caben dos opciones: o siempre estuvimos vacíos o el vacío no existe, es una sensación. Pero quien te quita lo dolido. Me voy a escuchar Brahms, para sentirse dentro de un espiral es mandado a hacer. Besos.
La soledad es un carrusel vicioso, un maratón en círculos, un vacío que se ha vuelto eterno, la certeza de que no habrá ya más momento preciso que aquel que se escapa...
...siempre.
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