4 de febrero de 2013

De intensidades

San Martín de los Andes
Camino de los Siete lagos
Porque la intensidad de lo vivido no tiene que ver con una medida en el tiempo, dijo él hace muchos años ya. Dan escalofríos, Aless. Este año el día D, el 24 de julio, serán diez años de tu partida, y por momentos pareciera que no pasó un segundo. Pero no es así y pasaron, y fueron muchos. Demasiados. Porque el tiempo sí existe.
Y tocó llorar y no estabas, y toco reír mucho y tampoco. Y no quiero ponerme ni poética ni melodramática, pero desde que llegó el día de la partida a tu tierra natal, el corazón se hizo un nudo y costó mucho que volviera a latir en frecuencias normales, o pisar alguna huella par.
Seguís siendo el mejor de todos, el que siempre tenía la palabra justa, cuando decías "Dos puntos: no sirve!" ¿"yo llevo el café y vos la pasta"? para ese otoño de Sur que iba a ser de a tantos y fue de a tres. 
Esperame, pará, ¿te fuiste en el dos mil uno o era ya el dos mil tres? Si ahora calculo y me desvío que el duelo número dos se lo llevó la Lu, de la que ni siquiera me pude despedir.
Era mucho. Todo era mucho.
Apego y soltar. Recuerdos imborrables. Nuestra palestra insieme, nuestros cines, nuestras caminatas. Hoy paso por Coronel Díaz y ya no lloro, pero sí pienso en que era más lindo antes y no ahora. 
Si supieras lo que pasó. Hubieras sido el primero al que hubiese recurrido para contarte; todo. Porque es marea y no remanso. Y en algo te equivocaste, amiguito del alma. Parece que a veces no hay pietà, y los arrebatos y las tormentas siguen, aunque Saturno se haya ido de Libra por una tregua de meses y  vuelva a zamarrearnos un poco más, hasta junio a los pobrecitos librianos. Yo pensé que había aprendido mucho y no; todavía falta.
¿Alessandrito tiene entonces diez u once? ¿Sigue jugando con su perro? ¿Sigue en su casita redonda? Ey ¿Conservás mi primer book? 
Alessandritos book se hizo con mucho amor dijo Pablo, nuestro profe favorito. Cuánto te quería. Por noble dijo alguna vez. Por genuino... 
Y hubo un attimo de gloria y ocaso, y te fuiste abrazándome a una gema violeta que llevé conmigo en meses venideros y muy felices. Doble duelo. 
Pero lo decís siempre que nos aggiornamos: mi vida debería ser filmada. 
Vimos una Buenos Aires muy alta desde un azul profundo. El principito de mis seis o siete años se fue con vos. El alma se quedó entre quince mil kilómetros haciendo charco, y lágrima, y memoria y olvido.
Viniste a aprender el desapego...
Virgilio, aiuto! cómo me hace sufrir, amiguito. Y eso que era el favorito del favorito, Jorge Luis, asevera "se propuso una obra maestra y lo logró".

Pd: ¿tenés alguna foto nuestra? el papel se hizo disco y nuestra ex cápsula inteligente reclutó el resto.

Más intensidades entre Simon, la luna y Cecie

23 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

la intensidad de una presencia deja un poso indeleble, ¿una foto?
Bello y excelente, amiga. Besito.

Cecy dijo...

Sin duda, en su intensidad, esta resumido ese recuerdo eterno. La Calle Coronel Diaz, hace de puerta a lo que viene, evidentemente guarda una belleza que se puede respirar tras tus palabras. Recalco eso, porque es una imagen muy fuerte, que no seria vista, sino tras tu sentimiento.

Si mi querida Rochies, te espero con todo gusto.

Besos Nena!

emejota dijo...

Bellísima imagen. Bs.

Tracy dijo...

Me has hecho emocionarme con la belleza de tu texto.

Fabián Madrid dijo...

Buen texto, pero sobre todo sentido, que es lo importante. Un beso.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Intenso relato. hay personas que se les echa tanto de menos que no los podemos olvidar.
Un abrazo

Unknown dijo...

Un relato lleno de anécdotas... de segundos infaltables en cualquier relación... impactante. Un beso! :D

Mar dijo...

El paso de tiempo nos funde en la memoria unos recuerdos con otros, tal que ya no sabemos cuando ocurrieron.

Bss.

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Tu relato esta lleno de sentimientos encontrados,algunas personas dejan en nuesras vidas huellas muy profundas...Que el tiempo convierte en eternas.
Preciosa la imagen y bello tu relato.
Besos guapa.

Gaby* dijo...

Una voz hacia la ausencia, lo extrañado, una voz que mide el tiempo ido pero a la vez lo rescata para mantenerlo allí, muy cerca y echarle mano cuando la nostalgia ataca. Precioso relato.
Buen jueves!
Gaby*

Sindel Avefénix dijo...

Hermoso relato que deja más que claras las primera palabras que escribiste, el tiempo es relativo, y como decía mi admirado Don Mario Benedetti "Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo"
Un beso.

Toni dijo...

Me gusta tu relato, aunque no consiga pillar todo lo que cuentas :)

Un beso.

Manuel dijo...

Me quedo con la sonoridad de tu relato y su tempo, y sobre todo con esa primera frase "Porque la intensidad de lo vivido no tiene que ver con una medida en el tiempo", que gran verdad.
Un beso

San dijo...

Un paseo me ha parecido tu texto, un dejarse llevar de la mano a travñes de las imagenes, el tiempo que le has dado, soberbio.
Un abrazo.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Sí, el tiempo psicologico suele diferenciarse del que miden los relojes. Muy elocuente tu forma de escribir.

Unknown dijo...

Hola Rossina,
Me psa un poco como a Toni. Te confieso que no acabo de entender todas las relaciones de esos personajes que aparecen en tus relatos.
Pero me impresiona mucho la riqueza de tu lengua, el sinfín de imágenes que sugieres y el montón de emociones que nos fuerzas casi a compartir de manera empática.

Un attimo... Solo un attimo... ¡en el que haces que quepa tanto!
Me convierto en admirador incondicional y te declaro mi pasión por tu escritura.
Queda dicho.

Muac

Beatriz dijo...

Cada recuerdo me traslada a un color, cada imagen que veo, sí que veo, por que tus palabras son pinceladas de un momento, de un lugar, tiene su brillo propio y al unirse el texto es un arco iris pleno, en las que el lector siente el gozo de una buena lectura o una hermosa pintura . Y allí te imagino.

Lo de menos es la interpretación. A mí me vale el placer que me queda después de leerte

Besos amiga.

tereoteo dijo...

Nos quedan los recuerdos de los que echar mano cuando los necesitamos.
Un beso!

Rochies dijo...

Beatriz, mi muy querida Beatriz, yo tampoco intenté "seccionar" tu magnífico monólogo interior.
Me llevé un sentir, una emoción como con tantos otros de los escritos.
Y creo que el arte es encriptar lo cotidiano, y que llegue lo que tenía que llegar; sin fraccionar, sin parcelar, para su TOTAL interpretación.
Me pasa muchas veces que lo que leo me gusta tanto que intento comprenderlo como un texto a presentar en una ponencia.
Gracias a todos los que sin "comprender" "sintieron" y dejaron huella.

Alfredo Cot dijo...

Sentimientos a flor de piel, húmedos todavía. Una cicatriz grande o muchas pequeñas, acariciadas en un segundo. Y mientras tanto un presente intenso y algo prestado.

Besos

María José Moreno dijo...

¿Qué sería del ser humano si no tuviera la capacidad de recordar?
Intenso.
Besos

Alessandrito dijo...


Profundo como el mar e intenso como el cielo....sos la de siempre, ademas ahora como profesora!
Desde aca te llegue un saludo de parte de Principito, Alessandrito y los duendes de siempre....por la fotos digitales ya me fijo si tengo, aunque no creo, en esa epoca no eramos tan digital, ibamos todavia por la Av.Santa Fé para revelar fotos, muchos abrazos!

Alessandro

Silvia dijo...

Que puedo decir como dice Alesandro , profundo profundo.
Quien relata así no puede problematizare ni un minuto de su vida por una materia que no va mas allá.

 
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