27 de febrero de 2013

Errantes


Socavaron. Llegaron al fondo, al límite. Histriones del propio haber, y sin embargo fueron las sombras; maldad intrínseca. 
Pero, como el árbol que está de pie. Como el junco que lo doblegan y sigue erguido. 
Y es también dicotomía, recordar y olvidar. Soltar y retener. 
Miedo al miedo. A que no vuelva a ser como antes. Cuando veía las flores en los largos trayectos, y regresaba con escenarios hechos fotografía. Cuando los sabores eran distintos y la mínima pausa, respiro.
Cuando no había suma de horas. Cuando no había conformismo y sí coraje. Cuando nada era un todo; ciertamente. Y lo hipotético generaba expectativa. Cuando no había que trazar ruta. Porque cualquier ruta era itinerario sin alarmas. Sin templar para avanzar. Día tras día, mes tras mes. 
Es impalpable, etéreo, pero es.
La ecuación era simple; tendenciosa. La libertad se vuelve aplastante. Porque no surge, no nace. Porque hay que hacer, hacerse: disponibles, ni cobardes ni subjetivos.
Y acaecen, y nada es bueno ni malo en sí mismo si contamos con nosotros mismos. Los protagonistas principales; los autores de esta obra llamada vida.
Porque triunfa el pasmo contra el cálculo y la sospecha. Andando.

5 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Andando, siempre, no hay otra salida, a pesar de que se nos hace trizas el camino y se nos ahogan las expectativas. Amanece que no es poco.

Bella reflexión e intensa.
Besitos.

Beatriz dijo...

Errante, alejándome.
Distanciándome de afectos, de lugares pero con la mochila repleta de recuerdos y experiencias.
La ausencia imprevista nos arrrebata el tiempo para la reflexión y para los adioses. Acaso uno siente la sensación de que se desaparece. Que deja de ser.
Y aunque el errante sufre y mucho en su andar descubre caminos. Transita. Avanza.
A veces a ciegas pero con una luz interior que nos guía hacia ese maravilloso intento de convertirnos en el arquitecto de esa otra vida que nos habite.·

Aunque distanciándome, he cedido a la agradable tentación de estar aquí junto a tus palabras.

Un beso amiga-

emejota dijo...

Efectivamente, andando pues, qué otra cosa pueden hacer un par de piernas con pies al sur. Bs.

Javier F. Noya dijo...

Tiene frases de una profundidad y acierto maravillosas. Retoma almconcepto de hacer camino al andar, y fluye dentro del cauce impredecible del existir. Es muy bello. Besos.

silvia zappia dijo...

nada es como antes
andemos


abrázola*

 
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