30 de marzo de 2012

Cruel



Creo que nos subestimaron demasiado tiempo.
O creyeron que les creímos.
Hay silencios y silencios. Pero hay silencios que son demasiado parecidos a la estupidez.
C.R.

No era endeble. Duele como una piedra en el pecho, sube a la garganta, se evapora en lágrimas. Tengo frío, calor. Pocas fuerzas. Me quiebro y pienso, en lo imperioso de apartarme, sí, como dijiste vos hoy, vos que no me conocés ni quiero que me conozcas, cuando decidí no compartir el almuerzo. Nada me une. No habrá tregua. Lisa y llana dicotomía.
Me zambullí en el sentimiento incipiente que busqué eludir, que hoy perfora, dobla, tuerce; retuerce. Ahoga. Quita las ganas y las migajas de fe. 
Fue por enésima vez. Fue figurita repetida. Fue mi deseo la noche del ocaso. No, no se cumplen...
Pedí verte. Rogué por el diálogo final, o las meras noticias de vos. Supliqué un descanso, una pausa que renovase las fuerzas. Paisito, me fallaste. Se acabaron las sorpresas, y en medio de predecibles: vacilo, ando, permanezco, sostengo, me levanto. Sin rumbo. Emerjo. Me hundo.
Tu ojos y tu voz; tus manos, justificaron el dolor. Lo salvaron. 
Esto ya pasó. Esto ya fue. Fue una noche de lágrimas y escalofríos y la esperanza en el ruego. Ya me asfixié. Ya temí. Ya descreí y regresé del abismo. Ya dolió. El imprevisto; el azar más insospechado. Tu compañía; fue mentira.
Pero hoy no estabas, ni estuviste hace diez y hace veinte. A mí sí me hubieras tenido. A tu lado. Entre mimos y abrazos y dolores a medias. No escuchaste, no estuviste. 
Una vez más ante el abismo incierto. Sola. Como de principio a fin. Como casi siempre, y sin embargo, tu ser todo se derrama en mí. Tus imágenes, las que tengo de vos, las letras; superpuestas. Lo vivido. Y me derrito y evaporo. Me contraigo y estremezco. Cruel.

13 comentarios:

Crista de Arco dijo...

Llorar hace bien. Uno saca afuera todo ese dolor acumulado hasta la siguiente vez.

Insisto en destacar y admirar su estilo.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Duele cuando se repite...
=(

Cecy dijo...

Hay dolores que son así de crueles.Y nada alivia por decir.

Abrazo.

Yemaya dijo...

Muy triste. Un dolor que nos atraviesa las entrañas.
Besos y susurros con toda mi fuerza y mi ánimo

TORO SALVAJE dijo...

Y que se puede hacer para que no sufras?
Yo colaboro en lo que sea.
No me gusta leerte así.

Besos.

Anónimo dijo...

Una compañía de mentira es un dolor continuo. Aspiro a la compañía de verdad o en su defecto a la soledad.
Besos.

Sindel Avefénix dijo...

Intensamente triste, reflejo de dolores continuados y repetidos. Ausencias, querer ser todo y que del otro lado nos hagan sentir la nada.
Excelente, me llegó profundo cada una de tus palabras.
Me encanta tu forma de escribir, siempre lo digo.
Un abrazo :)

silvia zappia dijo...

si regresaste del abismo, significa que hay tierra firme aún.(y, por qué no, también hay cielos)

besos,mi querida mestre*

Janeth dijo...

Que buenas respuestas a tu blog en este post, no dejan de admirar tu estilo de escribir....

Qué grato es para el corazón, saber y sentir que tienes buenos amigos, aún más...entrañables y tiernos corazones, que el destino te permite reencontrar en estos cruces de caminos...

Un ángel te guarda con sus alas extendidas.

Beatriz dijo...

Tanto dolor "duele demasiado" y sin embargo hay un después. Sólo vale nuestro intento para hallarlo
La embestida a la fragilidad puede que nos quiebre en el instante, puede acaso que nos atenace su recuerdo. Pero la noche no es eterna si nos atrevemos a abrir las ventanas y ver cuando amanece.

Un abrazo emocionado.
Me alejo pero siempre regreso a los lugares en donde abundan emociones.

Malvada Bruja del Norte dijo...

Pero sabes una cosa: Seguro que él también está sólo, aunque esté acompañado y seguro que también se arrepiente de no tenerla a su lado, lo que ocurre es que nunca conocemos la otra parte...o tal vez sí, si te animas a escribir esa segunda voz.

Te dejo un reto ;-)

José A. García dijo...

Siempre estamos solos/as, aún cuando más rodeados de gente nos encontremos, o cuanto más amemos a quien está a nuestro lado.

Siempre, nacemos y morimos en solitario.

Saludos

J.

Javier F. Noya dijo...

Fin que no es fin o que es un trayecto en sí mismo. Fin-final-finalmente que no tiene filo, no corta el pasado, fin que lo evoca como un círculo. Utilizando una metáfora borgeana, una ruina sentimental que circula, nos rodea, acecha. un fin como el sinfín de una cuerda que toma fuerza. Muchas ideas surgen de este fin que no es final, esta transgresión al tiempo que es la conciencia. Besos, muy bello texto, aun en su sufrimiento.

 
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