4 de noviembre de 2011

Pequeñas muertes

Quizás se trate de eso, de saber morir para poder volver a empezar; de aprender a abrir puertas, habiendo cerrado otras y eludido tantas; por miedo, indefinición, o macabra burla del destino.
Continuar impunes a pesar de los vaivenes, de la desesperanza, del rechazo o desamor; del engaño. De la idea de eternidad que nos ciega. De la inercia.
Se tratará tal vez de seguir, de desaparecer para volver a ser; con vestigios de un pasado que nos arma, y la esperanza de un futuro que sanará heridas; portador de las fuerzas y los sueños para seguir caminando. Aves fenix.
Es tu frontera y la mía. Las coordenadas que lo hicieron posible; las que intervinieron para que así no fuese. Serán los mañanas que vendrán, que repletos de una historia dibujada en lo invisible, deja que ocurra este conglomerado de vivencias y recuerdos, de propósitos y anhelos; de rutas que trazamos en el mapa de nuestra mente, sin saber en verdad cómo se tornarán realidad.
Pequeña muerte es la que vislumbramos al nacer; la que en medio del llanto nos hizo zambullir involuntariamente en esta escena a la que fuimos convocados; este acto del que todo ignoramos...
El derecho de admisión y permanencia; la enseñanza o el karma; lo prefijado y lo incierto.
Fue nacer y morir en el instante mismo en que nuestras miradas se encontraron, y toda la vida fue justificada en un instante. Se desvaneció la incertitud de un pasado, y la posibilidad del fin.
Horas vacías que merecieron su premio y recompensa; la infinitud del tiempo consagrada en un abrazo que avaló la espera, y el sinfín de veces que nos tocó perder. Las respuestas concedidas.
Fue recurso del olvido y artimaña de la justificación; la validez del reto.
Meritaba llamarse vida: la previa, la víspera. Letargos. Paréntesis. Pausas. Transición...
Un crepúsculo naranja y la aurora de un mar. El ocaso de nuestro trayecto compartido, de nuestros causales encuentros; efímeros. Caminamos de a dos...
Es la apuesta a lo probable y sus montones de ayeres reunidos, que conforman este hoy. Peldaño mortal e imperecedero.


Reunión por allá

24 comentarios:

Consol dijo...

Sí, quizás se trate de eso. Quizás ahí está la solución. Desaparecer.

Magnífico querida amiga. Escribes impresionantemente bien. Me encantó tanto el fondo como la forma.

Un gran abrazo.

Javier F. Noya dijo...

Y queda este presente parado al, como tan bien has descrito. Y el tiempo, ese concepto evanescente, nos pone sus reglas y es todo y nada. Me ha gustado mucho, un placer. Besos.

San dijo...

Nacer, vivir o tal vez sobrevivir, una muerte de instantes, de momentos que se alejan, borrones sin reglas. Un recomenzar de la nada, resurgir y afrontar. La vida así sin más,
Maravillosa visión de las pequeñas muertes.

Anónimo dijo...

como la amiga teresa cameselle nos convocó anteriornmente y como había mucho que leer, pues decidí retrasar nuestra reunión para el jueves día 10, es decir, para la semana que viene...tú yo y san y maria liberona y yonky nos hemos adelantado, pero no pasa na...el jueves que viene, nos reunimos ya todos...ah, en mi blog...besos..

Anónimo dijo...

Rochi

Mañana te escribo un correo, te lo dejè en mi blog escrito, por si no pasas por ahì, llegue hasta acà.

Un beso.

Beatriz dijo...

Cuando el trajecto hacia el final ha atravesado el surco del aprendizaje, de la aceptación nos arropamos en algo escencialmente imprescindible para aceptar lo inevitable. Nos cobijamos en la serenidad que es quien nos convence que las fronteras sólo son el inicio de otros trayectos.
Muy bien escrito, como siempre.

Un beso enorme
(Mi "Olvido" ha sido una coincidencia y hoy al leerte me sorprende esta casualidad)

Un par de neuronas... dijo...

No, si a mí, morir para empezar de nuevo no me importa, soy fuerte y puedo decidirlo, pero cuando te matan y te obligan a reestructurar tu vida a la fuerza... no me vale eso de que noy mal que por bien no venga...

Un beso.

Mary HC dijo...

buscando puertas siempre se llega a un camino
:)

MAJECARMU dijo...

Rochitas,impresionante tu balance de vida,tus naceres y tus muertes,que te llevan a vislumbrar una eternidad de sentires,donde el encuentro con el ser amado es una realidad,porque el ser amado es el mismo AMOR,cuya esencia perdura en el alma.
Mi felicitación y mi abrazo por tu profunda madurez y tu inmensidad,amiga.
FELIZ FIN DE SEMANA.
M.Jesús

J. G. dijo...

buena teoría, otra de tantas del mismo tema, para pensar también, tan infinito todo como el tema

Maria Liberona dijo...

nacer y renacer la vida misma en cada pequeña muerte mirar con otros ojos la vida, no ser la misma de antes... pues en cada pequeña muerte uno aprende a vivir...
Muchas gracias por leerme y venir a visitarme me gusto mucho tu comentario y... escribo poesia si, en estos de las historia y relatos leyendolos a ustedes creo que voy aprendiendo ... y esto del blogger también es nuevo... GRACIASS POR TU LINDO COMENTARIO ...

Janeth dijo...

Cuando el dolor se hace carne vivimos pequeñas muertes. aquellas que nos enseñan, nos educan, y tambien nos despiertan,......

VeroniKa dijo...

wow... impresionante llamado a la conciencia del tiempo, eso que no sabemos muy bien cómo llevar ni rescatar, cuidar o regalar.

Las eternidades y el fin del mundo, siempre se cruzan en una mirada, uno no sabe muy bien, si hay que morir o vivir despues de "esos" ojos.

bss

Cecy dijo...

Desde el momento que tocamos la vida, ya empezamos a morir cada día un poco, esa es la naturaleza. A la cual se le suma las pequeñas muertes de la evolución de nuestra vida diaria...todo un aprendizaje, sin dudas.

Un abrazo!

pepa mas gisbert dijo...

Que bien morir un ratito.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Un bello texto para mostrar ese ciclo perpetuo de renaceres y muertes a lo largo de la vida.

Un abrazo.

Sigma dijo...

Es muy necesario renacer. Creo que esciribiendo estamos en ese trance entre muerte y vida.
Fantástico tu análisis. Y como dijo alguien por acá arriba: qué bien morir un ratito.

un abrazo

silvia zappia dijo...

causales somos, aves fénix continuas, hasta que la muerte deje de ser pequeña para ser, simplemente.


mil besos*

Sindel Avefénix dijo...

Comparamos el dolor con la muerte y quizás ésta propiamente dicha no lo sea. Tenemos la capacidad para reponernos de todos los dolores y las felicidades que nos va trayendo la vida. Cada vez renacemos con más experiencia, a veces cuesta más que otras, pero por esencia o por naturaleza, nos aferramos a la vida.
Excelente texto Rochitas.
Un abrazo enorme.

Anónimo dijo...

Ave Fénix renaciendo de las cenizas. Es así como transcurre nuestra vida. Cada nuevo paso, en el fondo, es como una resurrección, Morimos y nacemos continuamente y así crecemos y nos hacemos más fuertes o así vamos menguando y desaparecemos. Hermoso texto.
Un abrazo.

Matices dijo...

Especial tú visión de las pequeñas muertes por las que pasamos a lo largo de nuestra camino, lección de vida que se renueva en nuevos acontecimientos, vivencias, principios y finales...

Toda una experiencia leerte...
Besos

Natàlia Tàrraco dijo...

Un abanico de sensaciones, caer y levantarse, recaer, peldaños que llevan a múltiples "pequeñas muertes", y luego la pequeña vida que espera ser asumida.
Un placer leerte Rochi, besitos.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Muchas situaciones de la vida nos abocan a pequeñas muertes, como ese instante que has descrito tan bien del mismo nacimiento.
Un abrazo

Leonor dijo...

Así es la vida, a veces intensa, llenando cada minuto de tu tiempo y otras veces apagada, casi muerta. Unas veces crees que te empujan adelante y otras que te pisan para que no puedas levantarte. Pero de todo salimos y empezamos con nuevas energías. Maravillosa forma de explicar nuestro paso por la vida.

 
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