13 de octubre de 2011

Voces

Voces de otros días. Tu voz, que no volvería a oír, días antes de aquel veintisiete, que nos despidió certeros de un futuro entre las manos. La voz que dijo "Gracias, perdón y no me odies"; cuando sí fue la última vez que te tendría ante mis ojos, después de tanta vida. La que supo preguntar cerca de aquel mar de sal, cuál de los cuatro cajones de una cómoda elegiría: los dos de abajo, o quizás los de arriba; si en el caso del placard tomaría el lado izquierdo o el derecho. La mía, que respondió "intercalados", sabiendo que estaba recibiendo de ese modo la propuesta de una vida; de un camino de a dos.
Voces escritas. Voces sin rostro. Tu voz en el teléfono y mi silencio. Tu verdad.
Su voz cantando "al alba, quiero que no me abandones amor mío al alba", "y como pasa el tiempo, que de pronto son años; te doy una canción de madrugada, cuando apareces el misterio del amor"...
Las voces de los fines implícitos, tácitos; que nos dejaron taciturnos en la vuelta de algún camino escrito, o misterio del azar.
La que justificó todo lo vivido...
Su voz, la de tu madre, que anticipó lo que ya sabía. No estabas. Ya no estarías. Tu última voz, que me pidió tiempo para que el año 08 fuese de disfrute sí o sí. Y te callaste para siempre. Y hoy quiero oírte. Por eso a veces voy y te hablo, y me quedo ahí con vos. Cerca tuyo.
Quisiera saber qué palabras hubieran acompañado los avatares, si esa voz, su voz, que deleitó a tantos sin diferencia de generaciones, hubiera estado ahí conmigo. Si no te hubiese tocado irte en el medio de mi historia, entre lágrimas y euforia pienso en tí; vida y muerte sólo dos palabras...
Qué hubieras pensado, sentido. Cómo me hubieses acompañado, aconsejado. Si lo hubieses querido. Era tan igual a vos. Y sin embargo, no creo que haya sido el ser que eligieras para tu hija. Si hubiese sido tan difícil todo...
La voz de tu hijo, hoy escrita, confiándome su clave del éxito. La voz de tu Sebas, reclamando "¿y de tu vida qué?"
Las que no querré oír. Las que ojalá nunca lleguen.
Las de aquellos que jamás vimos y sin embargo están aquí, al lado.
Tu hermano sujetándome en el abismo, con todo un océano en el medio.
Cuántas veces restará decir te amo, cuándo fue la última vez que lo dije. Cuántas otras no me atreví, o no lo supe a tiempo.
Las voces que viven dentro nuestro, a pesar del tiempo y la distancia. Aquellas que hablan de los sueños, del miedo; las que alertan; las que desoímos. Las del silencio. Porque él, él siempre nos habla en el silencio.


Reunidos en casa de él y por allá también.

27 comentarios:

D. dijo...

Hay cosas que no se pueden elegir: cómo, dónde y de quién nacer, ¿no?

Tampoco se elige la voz de uno, ni lo que dicen las voces de los demás.

Retazos de voces hay en este escrito; y de vidas y de historias.

There are more things.
Uno está para leer y releer.

Saludos.
D.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Creo que las voces, tal como los rostros y las manos que se cruzan a nuestro paso, no solo os dejan sus recuerdos sino además sus huellas, que nos van dando forma. Más o menos moldeables, más o menos permeables a sus sonidos somos, y el tiempo compartido va haciendo posible que quienes nos marcaron sigan siendo parte nuestro, aunque ya no estén.
Me quedo releyendo tus voces...
Un abrazo.

pepa mas gisbert dijo...

Nuestra vida puede resumirse en esas voces, las que oimos y las que no.

Gracias por pasarte por mi casa, ya he vuelto, si.

Un par de neuronas... dijo...

Yo no quiero oirlas, duele escuchar las voces de quienes se fueron.

Un besito.

El Gaucho Santillán dijo...

Vivimos mientras nos recuerdan.

Y no elegimos a quien recordar. Eso es claro.

Un abrazo.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Hay tantas voces que nos han influido en una parte de nuestra vida, algunas en una parte pequeña y otras en una gran parte; pero todas han influido en nuestra personalidad.
Muestras una gran sensibilidad en tu relato
Un abrazo

Sindel Avefénix dijo...

Voces que uno a veces uno oye sin escuchar, voces que cuando callan extrañamos, voces que nos guian o nos descarrilan. Voces que no están pero que siempre van a quedar resonando en nuestros corazones.
Hermoso relato, un beso.

Guido Finzi dijo...

Las cosas pasan porque tienen que pasar, y no las cambia nuestra previsible dolor ni, siquiera, nuestro proceder.
El silencio es un aleph, en el que todo tiene cabida. O casi.

Un saludo

Anónimo dijo...

Rochita

Ayyy me duele a mì.!!

sabes que estoy tan sensible y permeable frente a estos temas que lloro inevitablemente, me duele el corazòn de leerte.

Te mando un gran abrazo.

Any dijo...

A mi también me va a hacer llorar, que mal de su parte.
Muchas veces hago un esfuerzo por recordar las voces queridas de los que ya no están, algunas están cada vez mas distantes, me apena pensar que un día no pueda traerlas a mi memoria. Tal vez sea un mecanismo de defensa del cerebro para no sentir dolor.
Las voces que desoímos ... las que gritan todo el tiempo a nuestro lado y de tanto escucharlas ya no las oímos. Que tema, hay que tratar de no cerrar los oídos, esa oreja que todos tenemos en el corazón siempre debe estar alerta.
Un beso Rochilda

TORO SALVAJE dijo...

Me has hechos pensar en todas las voces, algunas tan queridas, que he dejado de oír de forma irreversible.
Que pena.

Besos.

Natàlia Tàrraco dijo...

Por el camino de la vida !cuántas voces! algunas con rostros, otras en sueños, voces mudas y palabras no dichas, sonidos y gritos vamos reuniendo, no nos es dado elegir muchas de esas voces.

Besitos.

Anónimo dijo...

Duele oir las voces de aquellos que quisimos y nos dejaron para siempre. Duelen pero no por eso renunciamos a oirlas. Muchas veces las añoramos diciéndonos cosas como ¿qué haría el/ella en esta situación?. Esas voces siguen siendo muy necesarias en nuestra vida.
Un abrazo.

Patito dijo...

Hay voces que se tatúan en el recuerdo y ya así permanecen para siempre, imborrables. Los sabemos porque hemos vivido una vida de amor llena de eso, de vida.

Pero no todas las voces que se nos quedan son buenas o nos llevan a un momento bueno porque también hay voces que hacen heridas que por más que trates no se pueden cerrar.

Beatriz dijo...

Las voces de aquellos que formaron parte de nuestra vida jamás se silencian.¿ Acaso se llega a olvidar el sonido de una voz querida?.
Leí hace un tiempo un excelente libro de Antonio Tabuchi "Autobiografías ajenas" (cuya lectura recomiendo) en donde el narrador habla muy sabiamente sobre la importancia del recuerdo de la voz de su padre para evocar(llamar a la memoria) su imagen. "..me bastaba abrir las orejas y ponerme a la escucha y la voz me llegaba con su tono y su timbre únicos..Para ver su figura me hacía falta su voz...

Un beso -
Tus palabras tan bien escritas- me han llevado a la reflexión.

Juan Carlos Celorio dijo...

Las voces añoradas, gran tema que tocas con estilo y preciosas evocaciones.
Leyendote me han venido voces perdidas en momentos concretos.
Un beso.

Mary HC dijo...

las ausencias son menos demoledoras si las combatimos con recuerdos :)

Patty dijo...

Pero hay voces que nos acompañan siempre y esas debemos guardar...algunas buenas algunas malas pero voces que nos muestran a veces el camino a seguir, esta vez la voz que se anuncia en el post no ha sido buena, ha sido una voz de tristeza y lamento... besos ^.^

Mamaceci dijo...

No me es fácil recordar las voces de los que se han ido, más bien su timbre de voz, las voces si me resuenan en mi interior, no todo el tiempo claro, sino en los momentos exactos, oportunos, en sueños.
Melancólico y lindo relato de voces que nos deja el silencio Rochitas.
Te mando un gran beso

San dijo...

Voces de aquellos que amamos, lo que se fueron o los que está, no importa siguen dentro, en nuestro corazón en nuestros oidos.
Antes sentía miedo, ya no, me gusta recordar el sonido de sus voces aquí muy adentro.
Un abrazo y un placer leerte este jueves.

Alfredo dijo...

Texto duro y minucioso.
¿Cuántas más voces hacen falta, para dibujar un vida?

Recuerdos, olvidos, deseos, promesas, bienvenidas y despedidas, todo subido al carro de la voz, para dicha o desdicha.

Besos

Gus dijo...

llevo leyendo ya tres jueves...más o menos, y te hablaré de tu estilo...creo que manejas estupendamente bien eso de insertar lo que se dice, es decir, el estilo directo, en el texto. creo que manejas más que bien la frase corta....creo que le imprimes velocidad a tus textos. creo que el acopio de repeticiones que haces lo empleas más que bien...
eetc...
he dicho, rochie...
medio beso.

rosa_desastre dijo...

"Las voces de los ausentes se quedan tatuadas en el alma. Solo hay que tamizarlas desde el dolor para hacer mas llevadero el silencio".
Un abrazo

Atalanta dijo...

Pues si que me ha gustado tu relato Rochitas, te he descubierto en mi Mundo, muy gratamente.

Después de lo que te ha dicho Gus...que más se te puede decir?

Besos descubridores

Consol dijo...

Cómo duele por ti, por mí que quiero escuchar su voz cuando por las noches le hablo. Pero sólo escucho el recuerdo de lo dijo, de lo que dijo. Y yo sigo rogándole: "papá ven por mí"

un saludo amiga. Y un abrazo fuerte.

Janeth dijo...

Rostros y voces de personas amadas jamas se pierden ellas viven en nuestro interior, y si ponemos un poquito de atencion estan alli dentro nuestro y nos hablan, aconsejan, y estan siempre dandonos su amor

Javier F. Noya dijo...

Ay del dolor que encierra tu entrada! Ay de ese dolor cuyo culpable es la ausencia! Siempre cala, siempre cala...en la belleza de su texto, donde se mezclan las letras de aquellas canciones, se siente. Muy bello. Besos.

 
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