11 de agosto de 2009

Impublicable

Agosto. ¿Y que se traía agosto? un darse cuenta de más, todavía más.
No, no va ... no querés verlo pero lo ves, lo sentís en el cuerpo, en medio del pecho como una pesa que no se va. No es lo que necesitás, ni lo que hubieses esperado de él. Pero te asfixian los fines.
Ni vale la pena seguirle poniendo tinte de mal presagio a aquel combo que inicialmente te resultó tan irónico como poco interesante. Lo conociste cuando tenías quince años. No te hizo tocar el cielo con las manos. Todo lo contrario. Clamabas por tu príncipe azul, porque llegase "el señalado".
Psiquiatra pareja de mother supo esgrimir que si dejaba pasar ese tren, tal vez no pasaría otro. Nefasto comentario, que años de terapia en kabalah y hoy lacaniana (?) te está llevando desprogramar. Eso adquirido que te deja huella y que cuesta tanto borrar. Porque ¿cómo a los quince años alguien te van a programar para que aceptes el primer tren que pasa, ante la posibilidad de que se tratase del único?
Y te parece recordarlo como si fuese ayer. El domingo, día del segundo encuentro, se trató de la misma puerta aunque, Rochitas, atravesaste muchas otras. El corazón latió muy fuerte muchas veces más.
¿Fuiste feliz? Hoy que todo se cuestiona, siento que sí, pero que la telenovela , la del príncipe azul es muy difícil de sostener. Y ahí viene la utopía y hoy por hoy analizamos también si la falsa profecía; la autocumplida.
Tiempo había. Y cuánto.
Twenty three years por lo menos. Twenty two para volver a encontrarnos. Y te planteás si los miedos vienen desde ese entonces. Tal vez por una afanada búsqueda de lo irreal. Y se llama igual. Igual a vos que te quise tanto G, mucho más de lo que creía, y te hice saber que no podría estar con nadie que llevase tu nombre.
Igual a vos, mi clodito americano -burla del destino cantaría Maicol- aunque tu hermano comentándole la new, riera ante el falso pariente, y autorizase el futuro enlace llegado el caso.
Pero después de verte, de animarme al encuentro; cuando no generaban la ansiedad que generan hoy, pasó que me enamoré. O creí enamorarme y todavía no te había sacado de mi corazón a vos G. ni a vos Clodito...
Pero fue verte desde aquel balcón. Bastó solo eso. Nos bastó solo eso.
Creo que me sostuviste un año, en medio de tanto caos...
Creo que sin vos no hubiera sido posible ni siquiera soñar. No me voy a olvidar nunca de esa nochebuena "compartida". Ni de tanto más.
Hablamos y siento que sos mi alma par. Que todo lo mal que estoy es porque mi corazón se quedó allá, con un río de por medio, a Pocitos después de tanto contratiempo, de tanto desencuentro.
Pero también me pregunto, y no sé como sería nuestro minuto a minuto. Porque hoy todo segundo lleva su cuestionamiento. Ay Dios como quisiera que dejase de ser así, y fluir y no pensar ni recordar / te tanto ...
No obstante vos, me dejé llevar por el afecto. Por la necesidad de tantos abrazos y caricias compartidas. No sé que lugar has venido ocupando, sólo sé que el sábado un cuchillo atravesaba mi pecho, no sé si por la lejanía, por el no proyecto, o que ochocuartos. Por ni siquiera haberme invitado a tu mundo, pertenezco al de antes. Mutamos (?) Mutó. Mutaste... Todo fue un catorce, ya sé, jamás reparaste.

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